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Atmósfera

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Llamamos atmósfera a la envoltura gaseosa que rodea nuestro planeta.

Atmósfera: Envoltura del aire que rodea el globo terráqueo.

Llamamos atmósfera a la envoltura gaseosa que rodea nuestro planeta. Está constituida por varias capas, y cumple las funciones de protección de las radiaciones solares; proporciona oxígeno, indispensable para la vida, transporta humedad de las zonas marítimas y oceánicas hacia los continentes y regula el clima, evitando cambios bruscos en la temperatura.

Tiene un espesor de unos 1.000 km y ejerce sobre cada cm2 de la superficie terrestre una gran presión. Mantiene la vida.

Los colores que distinguen sus capas son impresionantes. Primero se encuentra el azul blanquecino y brillante de la troposfera, que se extiende desde la superficie terrestre hasta una altura de 16 kilómetros. Le sigue el azul intenso de la estratosfera, que se va oscureciendo hasta fundirse con la negrura del espacio.

La atmósfera es un océano de aire que envuelve la Tierra hasta una altura de alrededor de 80 kilómetros. Pesa más de cinco mil billones de toneladas y ejerce sobre nuestra cabeza una presión de 1,03 kilogramos por centímetro cuadrado, al nivel del mar. Necesitamos este océano de aire para respirar.

Si no hubiera atmósfera no llovería, pues faltaría el medio que mantiene en suspensión las partículas de polvo en torno de las que se forman las gotas de agua.

Además, la atmósfera nos sirve como regulador térmico ya que impide que nos abrasen los rayos directos del Sol y que nos congelemos de noche, ya que actúa como un manto que retiene parte del calor solar, lo que contribuye a atemperar el frío nocturno. También nos protege de los meteoritos.

Gracias a la atmósfera vemos los hermosos cielos azules, las esponjosas nubes blancas, la refrescante lluvia y los vistosos amaneceres y ocasos.

Sin la atmósfera no podríamos escuchar las voces de nuestros seres queridos ni nuestra música predilecta, porque las ondas sonoras necesitan de un elemento para poder difundirse. El aire es un excelente conductor del sonido, mientras que el espacio exterior es completamente insonoro.

UNA MEZCLA MARAVILLOSA

La atmósfera está compuesta de dos gases: nitrógeno y oxígeno. El primero se encuentra en una proporción del 78% y el segundo, del 21%; el restante 1% está formado por otros gases como: argón, vapor de agua, dióxido de carbono, neón, helio, criptón, hidrógeno, xenón y ozono.

El oxígeno es, como sabemos, el gas vital que absorbemos mediante la respiración. El nivel de oxígeno atmosférico es el idóneo para la vida terrestre. Una disminución significativa nos provocaría sueño y acabaríamos perdiendo el conocimiento.

El nitrógeno es el diluyente perfecto del oxígeno. Pero no se limita a desempeñar un papel pasivo en el mantenimiento de la vida. Todos los organismos dependen de él para vivir. Las plantas lo obtienen de la atmósfera gracias a la acción de los rayos solares y de un tipo especial de bacteria. Los seres humanos lo obtenemos, a nuestra vez, del alimento que ingerimos.

Es un prodigio que nuestra atmósfera mantenga la proporción adecuada de nitrógeno y oxígeno. El nitrógeno regresa a ella con la valiosa ayuda de los microorganismos. ¿Y el oxígeno? El fuego y la respiración de los seres humanos y los animales consumen grandes cantidades.

Pese a todo, el nivel de oxígeno se mantiene en un 21%. ¿Cómo? Mediante el proceso químico que tiene lugar en las hojas verdes y las algas, llamado fotosíntesis, que libera más de mil millones de toneladas de oxígeno diarias.

La fotosíntesis no puede producirse sin dióxido de carbono, gas que constituye únicamente el 0,03% de la atmósfera. Gracias a él, las plantas crecen y producen frutos y semillas aprovechando la energía lumínica. El dióxido de carbono también impide el enfriamiento del planeta al devolver a la superficie terrestre parte del calor irradiado por ésta. Pero si aumentara la concentración de este elemento como consecuencia de una combustión excesiva de madera, carbón, gas natural y petróleo, la Tierra se calentaría hasta el punto en que la vida desaparecería. Por otro lado, si el nivel disminuyera considerablemente, se interrumpiría la fotosíntesis y nos moriríamos de hambre.

El ozono es otro gas, presente en una proporción minúscula, del que depende la vida en la Tierra. El ozono de la capa alta de la atmósfera, llamada estratosfera, absorbe la radiación ultravioleta del Sol, protegiéndonos así a los habitantes de la Tierra de sus perniciosos efectos.

¿POR QUÉ ES AZUL EL CIELO?

¿Por qué no es violeta, verde, amarillo, naranja, rojo o de otro color del espectro solar?

Las ondas de la luz solar son de diferentes longitudes, y cada longitud de onda corresponde a un color del espectro. Las ondas del rojo son las más largas, mientras que las del azul y el violeta, las más cortas. Las moléculas de gas de nuestra atmósfera difractan o dispersan mejor las longitudes de onda más cortas (que corresponden al azul) que las más largas (correspondientes al rojo). Por esta razón, cuando el cielo está despejado, es de color azul. Además, el aire que rodea la Tierra, con sus innumerables partículas sólidas en suspensión, como el polvo, dispersa la luz de tal forma que da una sensación de luminosidad, como si se tratase del reflejo de un espejo.

Verdaderamente, cuanto más aprendemos sobre la atmósfera, más razones tenemos para maravillarnos de tan complejo sistema.

 

 

20 de mayo del 2017
Categoría: Enciclotin
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