Los hubo del tamaño de una gallina, hasta aquellos que pesaban 50 toneladas...
LOS DINOSAURIOS
Hace 180 años, fue hallado un conjunto de gigantescos huesos fósiles que llamaron notablemente la atención de los paleontólogos. En 1841, Richard Owen, un anatomista británico, los bautizó con la palabra “dinosaurios”, (deinos: terrible saurus: lagarto). A partir de allí, el mundo se vería cada vez más impresionado al saber que el planeta estuvo dominado por estas enormes bestias durante más de 140 millones de años. Luego, 75 millones de años antes de que apareciera el hombre, desaparecieron.
¿Qué pasó con ellos?
Esta es una pregunta que aún hoy no se puede contestar con certeza. Sí se sabe que no se extinguieron por debilidad ni por ninguna razón fisiológica, porque su desaparición fue inmediata, en un lapso calculado entre 1 millón de años… y días. Murieron todos, se teoriza que los pájaros son sus descendientes, hecho que todavía se discute.
¿CÓMO ERAN?
Si bien en un principio se los consideraba como seres lentos y torpes, las distintas investigaciones han llevado a pensar que estos saurios no eran ni tan lentos ni tan torpes. Estos animales se desenvolvieron con tal eficiencia que ocuparon todo nicho ecológico posible. Los hubo del tamaño de una gallina, hasta aquellos que pesaban 50 toneladas. Formaron una cadena ecológica en la que se encontraban tanto los carnívoros como los herbívoros, incluyendo a sus parásitos.
Según los científicos especializados, todo parece indicar que eran de sangre caliente. Pero no todo está dicho, ya que se descubre en promedio, una nueva especie de dinosaurio cada 7 semanas y, debido a ello, las sorpresas surgen en forma constante.
Conocer su aspecto no es tarea fácil y que se pueda determinar con exactitud. Estimar la forma en general a partir de los huesos es nada comparado con las tareas de intentar saber cómo era su piel.
Los únicos indicios son las impresiones que quedaron en el barro o en arenas húmedas por animales muertos y que se fosilizaron.
Muchos paleontólogos creen que estos animales exhibían colores brillantes como sus parientes más cercanos, los pájaros y los lagartos. Toda una gama de adornos, crestas y bultos nos dice que allí debía estar el color.
TEORÍAS SOBRE SU DESAPARICIÓN
La primera teoría aparecida y quizás la más acertada, dice que el estallido de una supernova cercana al Sistema Solar barrió el planeta con una intensa radiación provocando un verdadero desastre entre los seres vivientes. Ahora, se plantean otras posibilidades como que una intensa sequía se desató por entonces y los dinosaurios murieron de sed, o que murieron por la extinción de una planta que poseía propiedades necesarias para ellos; en fin, son infinitas las especulaciones con respecto al tema. Pero la teoría más aceptada por los científicos del mundo nos habla de que un enorme asteroide, o un cometa, chocó contra la Tierra, provocando un cataclismo planetario que produjo el ocultamiento del Sol por densas nubes de polvo y cuyos efectos habrían sido similares a los que causaría un invierno nuclear, un descenso global de la temperatura y la desaparición de la vida vegetal. Así, los dinosaurios, habrían muerto de frío y de hambre.
CUANDO COMENZARON A VOLAR
Luego de haber conquistado la tierra, la vida animal se propuso dominar el aire. Algunas de estas especies comenzaron a alejarse del suelo, trepando a los árboles, como lo hace hoy un gato. Algunos científicos opinan que esa fue la forma más probable en que se originó el vuelo, saltando de una rama a la otra, e incluso de un árbol a otro sin tocar el suelo.
Los principales pterosaurios, o dinosaurios voladores, fueron los pterodáctilus, aparecidos a finales del Jurásico, algunos tan pequeños como una golondrina. Estos animales debieron ser hábiles planeadores pero con limitada capacidad para el vuelo autónomo, pues no poseían la musculatura apropiada.
Se desconoce si ponían sus huevos en nidos, ya que no se ha encontrado ninguna evidencia fósil. Durante el período Cretácico, los pterodáctilos fueron reemplazados por los pteranodones y por las aves primitivas, aparecidas también en el Jurásico.
EL VOLADOR MÁS PODEROSO
El gigantesco Quetzalcoatlus es, quizás, el mayor de los dinosaurios voladores que se ha descubierto hasta hoy, con una envergadura de 12 metros. Pertenece a los pterodactiloideos, y puede haber sido, también, el último en extinguirse, hacia fines de la era Mesozoica.
DINOSAURIOS FÓSILES
Para que un fósil llegara a nuestros días, debió pasar por una serie de etapas necesarias:
– El animal muere en un lugar donde se produce una acumulación rápida de arena o barro.
– Desaparecen los tejidos blandos. Si el depósito es muy rápido, pueden quedar restos de la piel.
– La arena o el barro cubren totalmente el esqueleto.
– Los huesos se mineralizan por la acción de productos químicos disueltos en el agua.
– Los movimientos de la corteza elevan partes de ésta y la erosión pone al descubierto fragmentos del esqueleto.
La fascinación por estas criaturas va aumentando con el correr de los años, mientras nos ofrecen mayores sorpresas, con cada nuevo hallazgo.
