El 11 de septiembre es el Día del Maestro en honor a este hombre multifacético e innovador.
Domingo Faustino Sarmiento, hijo de José Clemente Sarmiento y de Paula Albarracín, nació en San Juan el 15 de febrero de 1811. Desde muy pequeño mostró un gran interés por aprender, habilidad que desarrolló a los cuatro años. Sus dos primeros maestros fueron su padre y su tío, José Quiroga Sarmiento.
Paula Albarracín y José Clemente Sarmiento, sus padres.
A los cinco, estudió en la "Escuela de la Patria" de San Juan. A los doce, supo que no recibiría la beca del gobierno de Buenos Aires para cursar estudios en el Colegio de Ciencias Morales, lo que le hubiera permitido llegar a ser estudiante de una de las dos universidades existentes hasta entonces, la de Córdoba y la de Buenos Aires.
Su casa natal fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1910.
Con sólo 15 años, fundó, en San Francisco del Monte, en San Luis, una escuela para enseñar a leer y a escribir. A los 28, creó el Colegio de Señoritas de Santa Rosa. En esa época, también fundó, en San Juan, el periódico "El Zonda".
Escuela de San Francisco del Monte, San Luis.
Chile
En 1827, San Juan fue invadida por los seguidores del caudillo Facundo Quiroga. Esto llevó a Sarmiento a que decidiera unirse al ejército unitario para, luego, defender sus ideales políticos en diferentes batallas.
Facundo Quiroga.
Exiliado en Chile, en 1831, trabajó como maestro en la ciudad de Los Andes. Ganó fama en los diarios más importantes de ese país como periodista, escritor, pensador y potencial estadista. Allí publicó buena parte de sus principales obras como "Facundo o Civilización y Barbarie" (1845).
Retrato de Sarmiento realizado por Benjamín Franklin Rawson, en Chile.
A los 31 años dirigió la Escuela Normal para Maestras. Al año siguiente, participó en la fundación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. El gobierno chileno le concedió la posibilidad de recorrer el mundo para estudiar sus sistemas educativos. Viajó por Uruguay, Brasil, Francia, España y Estados Unidos. A su regreso, se casó con Benita Martínez Pastoriza, madre de Dominguito, quien fue adoptado por Sarmiento como su hijo. Un año después publicó su libro “Viajes por África, Europa y América” (1849).
De vuelta en Buenos Aires
En la década del 50, ya en Buenos Aires, desempeñó diferentes funciones públicas y continuó su labor periodística. También siguió creando escuelas y consiguió elevar el presupuesto educativo del gobierno, de 20 a 70 mil pesos. Esto le valió el apodo de "El loco Sarmiento".
Monumento a Domingo Faustino Sarmiento, Ciudad de Mendoza.
El gobernador
Como gobernador de San Juan (1862-1864) decretó la enseñanza primaria obligatoria. También gestionó la construcción del Colegio Preparatorio -actual Colegio Nacional de San Juan- para mil alumnos y la Escuela de Señoritas, dedicada a la formación de maestras.
Monumento a Sarmiento en Boston, Estados Unidos.
Su labor periodística continuó en los Estados Unidos mientras se desempeñaba como ministro plenipotenciario y enviado extraordinario del gobierno argentino (1864-1868). El periódico norteamericano "American Journal of Education" anunció que Sarmiento, posiblemente, sería el próximo presidente de Argentina.
El Presidente
Sarmiento Presidente (1868-1874).
El 12 de octubre de 1868, el Congreso Nacional lo nombró Presidente de la Nación. Durante su mandato fundó cerca de 800 instituciones como las escuelas normales de formación docente, la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros y la Escuela Naval, entre otras. Se crearon bibliotecas populares, escuelas nocturnas para trabajadores y se subvencionaron escuelas ambulantes para que recibieran instrucción los niños de lugares apartados. En Mendoza, dio un importante impulso a la vitivinicultura.
Biblioteca Nacional de Maestros, Buenos Aires.
Se interesó por desarrollar el comercio, la agricultura y los transportes. Las vías férreas fueron prolongadas en 750 kilómetros y el telégrafo llegó a todas las provincias. El cable submarino comunicó al país con Estados Unidos y con Europa y se proyectó la construcción del puerto de Buenos Aires. Estimuló la inmigración y llegaron al país cerca de 280 mil extranjeros. Proyectó la construcción del puerto de Buenos Aires e inauguró, en Córdoba, el Observatorio Astronómico, uno de sus proyectos más queridos.
Observatorio Astronómico, Córdoba.
En 1874 entregó la presidencia a Nicolás Avellaneda y, al año siguiente, fue senador nacional. Tiempo después, Julio Argentino Roca lo nombró Superintendente General de las Escuelas del Consejo Nacional de Educación.
El final
En 1887 se trasladó a Asunción del Paraguay en busca de un clima más favorable para su salud. Allí se radicó al año siguiente junto con su hija y su nieta. Murió en esa ciudad, el 11 de septiembre de 1888, a los 77 años.
La película Su mejor alumno (1944, dirigida por Lucas Demare) relata la historia de Domingo Fidel, su hijo adoptivo, que participó, como voluntario, en la Guerra de la Triple Alianza, en la que falleció, a los 21 años.
En 1943, la Conferencia Interamericana de Educación (integrada por educadores de toda América) se reunió en Panamá y estableció el 11 de Setiembre como Día del Maestro, en conmemoración del el 55º aniversario del fallecimiento de Sarmiento.
Sarmiento pensó en la educación como solución a los problemas, jerarquizando y apoyando a una de sus más importantes instituciones, la escuela, a la que le dio un lugar central en la construcción del futuro de una sociedad.
¡Feliz Día a todos los educadores!
Tumba de Sarmiento, Cementerio de la Recoleta, Buenos Aires.
Himno a Sarmiento
Letra y música: Leopoldo Corretjer
Ofrenda Floral a Sarmiento, Buenos Aires, obra de Émile Peynot.
Fue la lucha, tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!