NORTEAMERICANOS Aborígenes
PRIMEROS POBLADORES DE AMÉRICA DEL NORTE Es muy probable que los antepasados de los indígenas americanos desciendan de poblaciones asiáticas, las cuales, al atravesar Siberia y Alaska, llegaron a América cruzando el estrecho de Bering hace unos 30.000 a 22.000 años. Ver mapa A Estas migraciones humanas portaban utensilios y herramientas rudimentarias, típicas de los finales de la edad de piedra. Estos pueblos eran esencialmente nómadas y conformaban grupos de unos 100 individuos, pescando y cazando animales en conformidad a las estaciones. Ver mapa B (1) Los primeros asentamientos (hacia el 9500 a.C.) fueron en el área suroeste, cazaban mamuts y otros animales hasta que se extinguieron, unos 1.500 años después. El clima pasó a ser más cálido y, entre el año 8000 y el 300 a.C., surgió una nueva forma de vida más sedentaria.
Con el tiempo, estos pueblos, tras varios siglos de comerciar con los hohokam, modificaron hacia el año 700 d.C. su forma de vida originando la que se conoce como cultura anasazi, cuyos descendientes fueron dominados por los conquistadores españoles en 1540. En la actualidad quedan unos 20 poblados, ahora denominados “pueblo”. Por esta época, aparecen desde las llanuras del norte algunos cazadores de habla athabasca que invadieron el territorio de los pueblo en busca de comida. A este grupo invasor, que existe hasta el día de hoy, se lo llegó a conocer como navajos y apaches. Ver mapa B (2) Hacia el 7000 a.C., en la región de los grandes bosques, los pueblos cazadores que habitaban estas áreas subsistían de la carne de venado, frutos y granos silvestres. Hacia el 1200 d.C. aprendieron de los mexicanos el cultivo de la calabaza y otras plantas como los girasoles, amarantos, etc. El primer conquistador europeo, el español Hernando de Soto, cruzó el sureste con su ejército entre 1539 y 1542; las enfermedades que llevaron consigo los españoles de su expedición causaron la muerte a miles de indígenas. Ver mapa B (3) Las grandes llanuras se encuentran desde el centro de Canadá hasta México, y desde el medio oeste hasta las montañas Rocosas. Entre los primitivos pueblos que se asentaron en las grandes llanuras se encuentran los indios pies negros, cazadores de búfalos, los siux, los cheyenes y los arapajós. A partir de 1630, estos pueblos se apropiaron de numerosos caballos de los ranchos españoles en Nuevo México y pasaron a ser excelentes jinetes y comerciantes en la región.
Ver mapa B (4)
otros mamíferos acuáticos desde barcazas; la riqueza de recursos fomentó un comercio muy reglamentado que utilizaba las conchas de mar o cauris como ‘moneda’ de cambio.
Ver mapa B (5) En la región de la meseta, los nativos vivían en poblados construidos con casas redondas semienterradas en el invierno y acampaban en chozas en el verano. Desecaban grandes cantidades de salmón y bulbos para alimentarse en invierno y, en la parte baja del río Columbia, los pueblos wishram y wasco fundaron varias poblaciones de gran actividad comercial.
Ver mapa B (6) La región subártica siempre se encontraba en su mayor parte helada, por lo que la práctica de la agricultura era casi imposible. Los habitantes de esta región vivían de la caza del alce y del caribú y de la pesca. Eran nómadas, y para trasladar sus campamentos se servían de canoas en verano y de trineos en invierno. Debido a la escasez de alimentos, la población de la región subártica siempre fue muy reducida.
Ver mapa B (7)
La costa noroccidental es una franja de tierra entre el mar y la montaña. El esquema básico de los que aquí se establecieron apenas cambió y, a lo largo de los siglos, sólo la artesanía en madera fue adquiriendo un alto grado de perfección. El comercio tenía una gran importancia y se extendía hacia otros continentes como el norte de Asia, donde se importaba hierro para fabricar cuchillos. Las culturas de la costa noroccidental del Pacífico son célebres por sus magníficas tallas en madera y tótems.
Ver mapa B (8) El área cultural ártica se desplaza junto a las costas de Alaska y del norte de Canadá. Dado que los inviernos son prolongados y oscuros, allí resulta imposible cualquier tipo de agricultura; los aborígenes viven de la pesca y de la caza de focas, caribúes y ballenas. Las viviendas tradicionales en verano eran las tiendas y las casas invernales eran redondas, con estructuras muy aislantes de pieles y tepees. En el centro de Canadá, las viviendas de invierno se solían construir con bloques de hielo. La población era limitada debido a los escasos recursos. Estos pueblos reciben ahora el nombre de inuits, esquimales, de Groenlandia.
NORTEAMERICANOS Cuando los primeros europeos arribaron a las costas de lo que ellos consideraron el Nuevo Mundo fueron, por lo general, recibidos con sorpresa y curiosidad por los indígenas. Al parecer, los indígenas americanos consideraron a estos visitantes de tez clara como enviados de los dioses, no sólo por sus caballos, vestimentas, barbas y barcos de vela, sino sobre todo por su tecnología: cuchillos y espadas de acero, arcabuces y cañones, espejos, calderos de cobre y latón, y otros objetos desconocidos para ellos.