El calendario es un sistema de referencia para lograr una ubicación temporal común a toda la sociedad, vinculándonos con elementos referenciales
El Calendario
En la actualidad un calendario o almanaque es un catálogo de todos los días del año distribuidos por meses y que cuentan con informaciones sobre fiestas civiles y datos astronómicos.
El calendario es un sistema de referencia para lograr una ubicación temporal común a toda la sociedad, vinculándonos con elementos referenciales como lo son la Tierra, el Sol, la Luna o las estaciones. Y se llama así a cualquier sistema ordenado de distribuir el tiempo en años, meses, semanas y días. El día solar, el año solar y el mes lunar son divisiones naturales del tiempo, regidas, respectivamente, por la rotación diaria de la Tierra sobre su eje, su órbita anual alrededor del Sol y las fases mensuales de la Luna en relación con la Tierra y el Sol. Sin embargo, son arbitrarias tanto la distribución del tiempo en semanas como la del día en horas.
Está dividido en días, semanas, meses y años. Un día, de 24 horas de duración, es el tiempo en que la Tierra realiza una vuelta completa sobre su eje
La duración del mes, por su parte, proviene del cálculo que hacían los pueblos antiguos de la circunvalación de la Luna alrededor del planeta (29 días, 12 hrs., 44´ y 3″), y produce un “año lunar” de 354 días. año es una rotación del globo alrededor del Sol, se le llama “año solar” y ocupa 365 días, 5 hrs.,48´y 45,5″.
Finalmente, la duración de la semana no se basa en ningún fenómeno natural, sino que proviene de la tradición judaica del séptimo día de descanso.
El misterio de Stonehenge Las ruinas Stonehenge han sido durante mucho tiempo objeto de variadas teorías. Pudo haber sido utilizado para predecir los solsticios de verano e invierno, los equinoccios primaverales y otoñales y eclipses solares y lunares. Fue un instrumento, quizás, para determinar la situación del Sol y de la Luna con respecto a la Tierra y de este modo predecir las estaciones. Por esto se cree que fue unos de los primeros calendarios concebidos por el hombre.
LOS PRECURSORES
En el pasado los hombres emplearon diversos sistemas de calendario, y varios de ellos todavía siguen en uso hoy en día. Los calendarios primitivos eran principalmente calendarios lunares, es decir, los meses del año se contaban por ciclos completos de la Luna, por ejemplo, desde una luna nueva hasta la siguiente luna nueva. Una lunación dura, en promedio, 29 días, 12 horas y 44 minutos. Por lo que un año de 12 meses lunares es unos once días más corto que un año solar de 365 días. Puesto que el año solar determina el ciclo de las estaciones, había necesidad de ajustar el calendario a dicho año solar, lo que resultó en los llamados años lunisolares o embolismales, es decir, años solares compuestos de meses lunares. Esto se conseguía añadiendo unos días a cada año, o un mes adicional a ciertos años, con el fin de compensar la menor duración de los doce meses lunares.
Mientras pueblos antiguos como Grecia aplicaban el calendario lunar, otros (como los babilonios) empleaban uno “lunisolar” que combina los meses lunares y el año solar, lo que exige intercalar un mes bisiesto cada cierto número de años. En este caso, el comienzo del nuevo año tiene siempre lugar en la misma estación.
Fueron los egipcios los primeros en usar exclusivamente un calendario solar de 365 días, divididos en 12 meses de 30 días cada uno, con 5 días extra al final. Luego, en el año 238 a.C., agregaron un día extra cada cuatro años, similar al actual año bisiesto. En el año 45 a.C. apareció el “calendario juliano”, obra del emperador romano Cayo Julio César, que estableció el orden de los meses y los días de la semana como figuran en la actualidad. Era solar y tenía también 365 días de duración, con año bisiesto incluido. Con posterioridad, se cambió el nombre del mes Quintilis a Julius y del mes Sextilis por Augustus.
CALENDARIO HEBREO
Inalterable desde el siglo IX, es lunisolar. Cada tres años se le agrega un mes adicional para equiparar ambos sistemas, con lo cual queda constituido un año de 13 meses o “embolismal”. Su punto de partida es el año 3761 a.C., fecha de creación del mundo, según la tradición judaica.
El calendario civil judío actual es unisolar.
CALENDARIO ISLÁMICO
Se calcula a partir del año 662 d.C., en el que Mahoma salió de La Meca hacia Medina. Usado en casi todos los países musulmanes, es un calendario lunar de 354 días divididos en 12 meses. Cada tres años se intercala un año bisiesto de 355 días.
CALENDARIO JULIANO Y GREGORIANO
En el año 46 a.C. Julio César decretó el cambio del calendario lunar romano por el solar. Este calendario juliano, basado en los cálculos del astrónomo griego Sosígenes, tenía doce meses de duración arbitraria que formaban un año de 365 días que empezaba el 1 de enero. También entraron en vigor los años bisiestos cuatrienales, a los que se añadía un día más para compensar el retraso que se producía con respecto al año trópico.
El año promedio del calendario juliano era en realidad unos once minutos y catorce segundos más largo que el verdadero año solar. Por lo tanto, en el siglo XVI ya se había acumulado una diferencia de diez días completos. En el año 1582 d.C. el papa Gregorio XIII introdujo una ligera revisión del calendario juliano: seguirían siendo bisiestos todos los años múltiplos de cuatro, con la excepción de los años seculares (los acabados en dos ceros), que sólo se contarían como tales si el número de centenas era múltiplo de cuatro. Por una bula papal, en 1582 se omitieron diez días, de manera que al 4 de octubre siguió el 15 de octubre. Este calendario gregoriano es de uso común hoy día en la mayor parte del mundo. El calendario juliano cuenta como bisiestos todos los años múltiplo de cuatro, establecidos por Julio César.
CALENDARIO AZTECA
Bajo el reinado de Ahuitzotl, entre 1486 y 1502, se esculpió el calendario náhuatl que constaba de 18 meses de 20 días cada uno, lo que suma un total de 360 días, más 5 días que eran agregados para coincidir con el ciclo solar anual.
Al parecer las civilizaciones más alejadas en tiempo y espacio tuvieron la sabiduría de registrar el paso del tiempo de modos similares. Indudablemente supieron observar los signos del mundo natural que los rodeaba.