El término guerra se utiliza para designar un conflicto armado entre dos o más países, pueblos o personas.
UN FLAGELO MILENARIO
El término guerra se utiliza para designar un conflicto armado entre dos o más países, pueblos o personas. Toda especie de lucha y combate es en sí una guerra. Tiene como finalidad hacer valer un determinado objetivo utilizando medios que el Derecho Internacional reconoce y regula en el denominado Derecho de Guerra. La guerra parece haberse convertido en un hábito para muchos. Durante milenios ha habido mentes brillantes consagradas al descubrimiento de nuevas y mejores formas de matar y destruir.
En el mundo de hoy es muy difícil que alguien pueda afirmar que la guerra es una actividad justificable.
A diferencia de otros tiempos, hoy, la guerra ya no se ve como un acto natural, instintivo, glorioso o noble.
Es necesario mantener la paz
El preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas expresa claramente el deseo de poner fin a la guerra. En éste leemos sobre la resolución de los estados miembros de preservar a las futuras generaciones del flagelo que la guerra ya en dos oportunidades, (1° y 2° guerras mundiales) ha ocasionado a la humanidad, provocando sufrimientos indecibles.
Es el concepto de seguridad colectiva lo que produce el deseo de preservar a las generaciones venideras de la guerra, esto es, la idea de que las naciones se unan contra cualquier Estado al que se defina como agresor. Por lo tanto, cualquier país que quisiera declarar la guerra se enfrentaría a la ira de la comunidad internacional.
Si bien, teóricamente, lógico y sencillo de aplicar, lograrlo ha sido otra historia.
Si bien la seguridad colectiva, en formas un tanto diversas, desempeñó un importante papel en el Pacto de la Sociedad de Naciones y está integrada en la Carta de las Naciones Unidas, ha fracasado por completo en ambos casos.
La humanidad siente temor, repugnancia y aversión a las consecuencias de la guerra, debido a las carnicerías que se han observado en nombre de los conflictos bélicos. Sumado a esto encontramos al instinto de supervivencia.
Las armas modernas
Las armas modernas han alcanzado tal poder destructivo (tanto convencionales como nucleares), que cualquier enfrentamiento armado entre las principales potencias actuales conlleva el riesgo de aniquilación mutua.
Podemos considerar una locura, un suicidio la sola idea de emprender una guerra a gran escala.
Es precisamente esta convicción la que, a juicio de muchos, ha evitado un conflicto nuclear durante más de cincuenta años. La guerra a gran escala no sólo ofrece la posibilidad de perderlo todo, sino que además los beneficios logrados serían mínimos.
Según los economistas, las naciones ricas se benefician inmensamente de la cooperación económica, y las ventajas materiales de que gozan en tiempo de paz no pueden equipararse a ninguna de las que podría reportar la guerra. Por lo tanto, son muchas las razones para que las naciones más poderosas mantengan la paz entre sí. Además, también les conviene aunar sus fuerzas para reprimir cualquier conflicto entre las potencias menores que amenace elstatu quo económico.
Las naciones no han logrado coincidir en una definición inequívoca de lo que es agresión.
Sin embargo, la idea de crear un organismo supranacional para promover la paz fue una innovación en los asuntos de la humanidad. Las fuerzas de pacificación de la ONU, con sus cascos azules, siguen siendo un símbolo de esperanza para todos aquellos que anhelan la paz.
Durante décadas, la Guerra Fría dividió a la ONU en dos bloques de potencias, cada uno dispuesto a frustrar los planes del otro. Aunque el fin de la Guerra Fría no ha erradicado los conflictos, la desconfianza y el recelo entre las naciones, muchos creen que ahora el panorama político ofrece oportunidades sin precedentes para que la ONU actúe conforme a sus objetivos originarios.
Existen otros hechos que han tenido lugar en nuestro siglo y que también han dado esperanza a los que anhelan la paz. Por ejemplo, la diplomacia internacional aspira a la resolución pacífica de los conflictos. La ayuda humanitaria permite que unas naciones rehabiliten a otras y que los pueblos destrozados por la guerra se recuperen.
El pacifismo y el humanitarismo han venido a ser elementos constitutivos de la política internacional. Los defensores del pacifismo reciben honores.
La guerra del futuro
Al finalizar la Guerra Fría, en 1989, muchas personas expresaron su confianza en la instauración de un orden mundial pacífico.
A pesar de ello, la guerra continuó.
101 conflictos estallaron durante los siguientes 7 años, en diversos lugares. La mayoría, dentro de los estados, y no fuera de ellos, guerras civiles en las que los grupos opuestos emplearon armas poco sofisticadas.
En Ruanda, por ejemplo, gran parte de la mortandad fue causada con machetes. Como hoy en día, los campos de batalla suelen ser las ciudades y los pueblos, no se distingue entre civiles y combatientes. Mientras que en el pasado las causas de conflicto eran bastante predecibles, ahora son mucho más complejas y mucho más difíciles de controlar.
Es increíble y totalmente irracional el grado de violencia que acompaña las guerras actuales. Cualquier persona se encuentra en la línea de fuego lo mismo que los ejércitos combatientes. Y este tipo de enfrentamientos con armas poco avanzadas no tiene visos de disminuir y mucho menos de desaparecer.
La Guerra de IRAK
Comenzó el 20 de marzo de 2003 con un bombardeo a Bagdad.
El conflicto de tres semanas fue una demostración del poderío militar estadounidense, que desde la primera Guerra del Golfo había dado un cambio rotundo. Cambio que se vincula con la forma en que fue planteada tanto a nivel tecnológico como de comunicación. Para ese entonces Hussein y los principales dirigentes iraquíes habían huido.
Días después alrededor de 90 mil soldados ingresaron a territorio iraquí, con apoyo británico, en busca de armas de destrucción masiva. Rodearon las principales ciudades y avanzaron hacia Bagdad. La resistencia del ejército defensor -estimado en 390 mil efectivos- cedió rápidamente.
Un grupo de bagdadíes, el 9 de abril, auxiliados por un vehículo norteamericano, derribó una imponente estatua de Hussein en una plaza céntrica de la capital lo que marcó el triunfo de EE.UU. y la finalización de la guerra. Durante todas las operaciones militares realizadas en Irak murieron miles de civiles y militares iraquíes y 160 soldados de la coalición.
Luego, representantes del Estado norteamericano disolvieron el partido Baaz uno de los partido políticos más importantes de Irak- y nombraron un consejo de gobierno transitorio de 25 miembros, con el objetivo de “construir una nueva nación”. Al pasar el tiempo y varios enfrentamientos, y no encontrarse en Irak armas de destrucción masiva, se multiplicaron en EEUU y Gran Bretaña las denuncias de que se había exagerado la amenaza iraquí para justificar la guerra.
Como consecuencia de toda esta situación, a nivel mundial la sociedad se ve amenazada por lo que se realizan diversas manifestaciones en contra de la guerra, tanto en países involucrados como en los neutrales.
El recelo y desacuerdo continúan entre las naciones, y el poder y la función que otorgan a la ONU es limitado.
Por lo tanto, en vez de configurar el sistema internacional, la ONU sigue siendo más bien un reflejo de éste.
