La historia es la ciencia encargada de estudiar el pasado de la humanidad y cuyo objetivo es entender el presente planteando posibilidades para el futuro.
HISTORIA ¿ES CONFIABLE?
La historia es la ciencia encargada de estudiar el pasado de la humanidad y cuyo objetivo es entender el presente planteando posibilidades para el futuro. Cada persona es protagonista de la historia cada vez que participa de acciones que influyen, además de en su propia vida, en la de la comunidad a la que pertenece.
La historia se basa en los testimonios, y para su estudio es necesario interpretar los hechos del pasado tomando en cuenta el lugar y el momento en que ocurrieron. Nuestro presente es el resultado de las experiencias y de las acciones de nuestros antepasados. El pasado también nos permite evaluar las alternativas que enfrentó la humanidad, las elecciones y las realidades que se impusieron y los resultados obtenidos. De ese modo se nos hace posible elegir los valores y acciones más adecuados para construir el tipo de sociedad en la que queremos vivir.
Espacio e historia
Las características geográficas, diferencian los espacios geográficos donde se desarrolla la vida de las personas e influyen sobre la forma de vida que puede desarrollar un pueblo. Debido a esa interrelación entre el hombre y su medio, es importante ubicar y conocer el lugar donde se desarrollaron las sociedades del pasado. Tarea nada fácil, ya que los lugares han cambiado sus nombres a través del tiempo.
Tiempo e historia
La historia transcurre a lo largo del tiempo, de allí su importancia en el estudio del pasado.
La historia consiste en una sucesión de hechos que han sucedido en cierto orden.
Esta sucesión de hechos implica cambios en el tiempo, cambios en la forma de vivir y en los pensamientos de las sociedades.
El tiempo y el espacio deben ser muy tenidos en cuenta. Las cultura y las civilizaciones no son iguales entre sí, aún cuando coexistan en una misma época. Se debe tener en cuenta también que los hechos ocurridos en un lugar pueden tener influencia en la historia de otro.
En el estudio de la historia se hace necesario establecer una cronología, es decir, situar los hechos en el tiempo. Para ello se debe elegir un acontecimiento que nos sirva como punto de referencia en función del cual ordenar todos los demás. Luego, se debe elegir la unidad de tiempo: el año, la década; el siglo o milenio.
Son muchas las civilizaciones que han utilizado sistemas cronológicos diferentes que establecen como punto de referencia un determinado suceso, real o imaginario, considerado muy importante en su historia. Estos sistemas cronológicos dieron origen a un calendario.
Por ejemplo: el calendario cristiano tiene su punto de partida en el nacimiento de Jesús, es decir que los años comienzan a contarse a partir de ese momento.
Los acontecimientos ocurridos anteriormente a esa fecha se expresan como “antes de Cristo” (a.C.); y los ocurridos con posterioridad se expresan como “después de Cristo” (d.C.).
¿Quiénes protagonizan la historia?
Si bien en otros tiempos se consideraba como protagonistas de la historia a aquellos “grandes hombres” o “héroes” que, con sus actitudes ayudaron a determinar los destinos de la humanidad, hoy en día sabemos que todos somos protagonistas.
Los integrantes de una sociedad viven en una diversidad de intereses, voluntades y posibilidades, a partir de allí, todo individuo participa de la construcción del mundo en el que vive; através del voto, exigiendo sus derechos, trabajando o estudiando o participando en cualquier tipo de acción que influye sobre sus vidas y la de su comunidad.
Los historiadores
Si bien todos participamos, la historia la escriben y la investigan los historiadores. Su tarea es: definir el tema a investigar, decidir cuáles son las cuestiones ya resueltas y cuáles serán objeto de mayor estudio, las propuestas que le parecen acertadas y las que no. A partir de allí deberá elaborar una hipótesis.
Las fuentes
Las fuentes históricas son el testimonio del pasado. El historiador reconstruye el pasado a partir de aquéllas.
Los testimonios son las huellas que dejaron los protagonistas del pasado. Una punta de flecha, un utensilio, un fósil, son testimonios, y con ellos el historiador arma su hipótesis. Los testimonios pueden ser:
– Escritos: constituyen la principal fuente de información para el historiador. Cartas, libros, inscripciones, testamentos, etc., son ejemplos de fuentes escritas, ya sean públicos o privados, escritos sobre papel, papiro, pergamino, hueso, piedra o madera.
– Orales: son relatos de testigos del pasado, vivos o no, transmitidos de generación en generación en forma verbal.
– Materiales: son todos aquellos objetos realizados por el hombre, como utensilios, obras de arte, etc. También aquí se incluyen los fósiles y restos humanos.
– Audiovisuales: grabaciones, películas, etc. Estas fuentes deben ser analizadas para obtener la información deseada. Se debe comprobar que sean auténticas, saber cuándo, dónde, por qué y por quién fueron realizadas.
El historiador, en su trabajo, arma un rompecabezas, siguiendo una reconstrucción lógica de los hechos.
Ciencias que ayudan a la historia
El historiador cuenta con la ayuda de otras ciencias que también tienen interés por los restos del pasado.
– Arqueología: realiza la exploración, excavación, recuperación y estudio de restos materiales del pasado.
– Epigrafía: estudia e interpreta las inscripciones sobre restos duros.
– Numismática: estudia las monedas y medallas.
– Geología: ayuda a conocer el suelo sobre el cual se desarrolló la vida humana y en el cual quedaron sus restos.
– Paleontología: es la encargada de estudiar los restos fósiles.
– Lingüística: dedicada al estudio del lenguaje y al uso de las diferentes lenguas en las distintas culturas.
Cómo se interpreta un hecho histórico
Una vez que el historiador ha reunido y analizado las fuentes, realiza su interpretación de la información obtenida. Ésta consiste en dar una explicación de los orígenes de un proceso histórico, sus causas y las motivaciones de quienes lo protagonizaron para actuar como lo hicieron. Luego, el historiador valora los hechos, analiza las consecuencias, el significado y la trascendencia de esos acontecimientos. El historiador vuelca todo su análisis en escritos donde expone los resultados de su investigación.
Las líneas de tiempo
Estas gráficas permiten observar con claridad la información obtenida y comparar de manera fácil los datos.
La línea de tiempo constituye una representación gráfica de un período histórico determinado.
Realizada del modo correcto sitúa y ordena en el tiempo los acontecimientos que se quieren señalar.
En una línea de tiempo se pueden marcar los años, los siglos, las edades o la unidad de tiempo que nos parezca más adecuada.
