Los incendios forestales son fuegos naturales o provocados que queman la vegetación natural o artificial de los bosques, repoblaciones forestales, matorrales o pastizales. En el 50% de los casos el incendio puede ser provocado por negligencia e imprudencia, por defectos de las instalaciones, por motivos fraudulentos, por causas accidentales, como un rayo y por auto combustión, fenómeno de oxidación que se puede manifestar en los almacenes de forraje, en hilados que contienen grasas, etc.
Se suele distinguir tres tipos de incendio forestal:
– fuegos de suelo: queman la capa de humus del suelo del bosque pero no arden de forma apreciable sobre la superficie;
– fuegos de superficie: queman el sotobosque y los residuos superficiales;
– fuegos de copa: avanzan por las copas de los árboles o arbustos.
En numerosos países se realizan programas de lucha contra el fuego, en los que se incluyen: la prevención, la extinción y el manejo del fuego en la gestión de los suelos.
Prevención de incendios
Son comparativamente pocos los incendios forestales originados por los rayos u otras causas naturales. El viento acelera notablemente la desecación y aviva la combustión aumentando la gravedad del incendio.
Los bosques se cierran al público cuando las condiciones son extremas.
Es común que en algunos parques y reservas naturales, se deje que los incendios provocados por los rayos sigan su curso bajo una meticulosa vigilancia. En estas zonas existen organizaciones de guarda-parques especializados, que se comunican mediante radios y montan vigilancia permanente para una rápida intervención. También es importante educar a los turistas y visitantes para que tengan los cuidados necesarios y respeten las normas contra incendios.
Detección y lucha contra el fuego
El sistema que permita localizar un incendio antes de que tenga ocasión de extenderse es uno de los factores más importantes en el control de incendios.
A pesar de los esfuerzos que se hacen para limitar y prevenir los incendios forestales, todos los años se pierden millones de hectáreas de bosques por el fuego. Cuando un incendio se declara, un equipo de cortafuegos trabaja con palas y hachas haciendo una zanja para detener el fuego que se aproxima. En el caso de bosques o de grandes zonas leñosas, se impide la propagación del incendio cortando las plantas de alrededor en una zona ancha.
El fuego en la preparación del suelo
Luego de una tala, los silvicultores suelen iniciar fuegos deliberadamente bajo condiciones controladas para eliminar los restos; esto favorece el crecimiento de plantones de árbol o impedir que se acumulen productos combustibles. Este tipo de incendios por prescripción a menudo beneficia tanto a la fauna silvestre como al ganado. El mosaico de vegetación de diferentes edades que se produce cuando hay incendios frecuentes favorece una rica diversidad de vida animal y vegetal.
Incendios urbanos
Al producirse un fuego intenso en un edificio adyacente, un edificio llamado ignífugo o a prueba de incendios, (construido con materiales no combustibles como acero, ladrillo, yeso y hormigón) puede quedar destrozado por completo.
El diseño y el empleo de los materiales son las dos consideraciones más importantes a tener en cuenta en la construcción resistente al fuego.
El edificio debe estar subdividido mediante tabiques, paredes y suelos resistentes al fuego para limitar su propagación. Los huecos de escalera continuos deben aislarse con muros anchos y resistentes al fuego. Si son huecos deben construirse compartimentos horizontales o cortafuegos. Todas las puertas deben poder cerrarse, de ser posible, en forma automática. Los materiales utilizados en la estructura principal deben presentar de una a tres horas de resistencia al fuego. Ciertos materiales al quemarse desprenden sustancias venenosas que deben tenerse en cuenta ya que pueden ser más peligrosas que el propio fuego.
En la técnica de inserción se construye una estructura metálica con un núcleo central que incluye escaleras de incendios, ascensores, fontanería, tuberías y cableado eléctrico.
Son fundamentales los equipos de urgencias y de incendios, como los vehículos contra incendios equipados para arrojar agua, espumas químicas o polvo a gran velocidad y a distancias considerables en lugares públicos como aeropuertos, terminales, etc.
Clasificación de los tipos de fuego
– Fuegos secos: son los que afectan a materiales combustibles ordinarios, como madera, ropa y papel. Los extintores utilizados para este tipo de fuego son, por lo general, de agua pulverizada. El agua proporciona refrigeración, o absorción de calor, al material que se quema. Los extintores suelen llevar aire a presión para expeler el agua, pero algunos se activan con una bomba de mano.
– Fuegos grasos: son los que se producen en líquidos inflamables, aceites y grasas. Este tipo de fuegos se apaga por eliminación de aire, por disminución de los vapores inflamables o por interrupción de la reacción de combustión en cadena. Se utilizan tres tipos de agentes extintores: dióxido de carbono y otros hidrocarburos halogenados, espumas y polvos químicos secos. El dióxido de carbono es un gas que evita la combustión ya que desplaza el oxígeno del aire que envuelve al fuego. Los extintores de polvo contienen usualmente bicarbonato de sodio o potasio y cloruro de potasio como agentes básicos. Otro tipo de extintor de polvo contiene fosfato de amonio y puede utilizarse también para apagar fuegos secos y eléctricos. Los extintores de polvo suelen contener el agente extintor a presión y apagan el fuego por interrupción de la reacción de combustión. Los extintores de espuma expelen una capa de espuma que actúa como barrera para aislar el oxígeno del fuego.
– Fuegos en instalaciones eléctricas: constituyen una categoría aparte, sobre todo si están en funcionamiento. El agente extintor para fuegos de este tipo debe ser no conductor. Pueden utilizarse tanto los extintores de dióxido de carbono como los de polvo. La ventaja de los de dióxido de carbono es que no dejan residuos después de apagar el incendio. Si los equipos eléctricos están apagados se pueden utilizar extintores de agua, pero no es lo más adecuado.
– Fuego de metales combustibles: como magnesio, potasio y sodio: se apaga con agentes que absorban calor, pero estos agentes no deben reaccionar con los metales.
Normas de selección
El extintor (dispositivo portátil que se utiliza para apagar fuegos o incendios de pequeña magnitud), debe existir en toda vivienda o edificio público o privado.
Una serie de normas para la selección, colocación y comprobación de los mismos, establece los requisitos mínimos con respecto al tipo y al tamaño en función de la modalidad de fuego que con más probabilidad se pueda producir en un lugar determinado. Ninguno de ellos es adecuado para todas las clases de incendio, algunos pueden servir para unos o para otros, pero cada tipo de fuego requiere un tipo de extintor diferente.