mediados de la década del ´90 en todo el globo terrestre comenzaron a producirse fenómenos inesperados y muy destructores, como inundaciones
¿QUE ES EL NIÑO?
A mediados de la década del ´90 en todo el globo terrestre comenzaron a producirse fenómenos inesperados y muy destructores, como inundaciones sin precedentes, ciclones intensos y sequías graves que provocaron hambre, enfermedades, incendios forestales y daños a las siembras, la propiedad y el ambiente. Muchos acusan al fenómeno de “El Niño” como el único responsa- ble. Éste, se originó en la zona ecuatorial del océano Pacífico a finales de 1997 y se mantuvo activo durante unos ocho meses. La acción de esta corriente se observó claramente al norte del Perú, las lluvias torrenciales convirtieron temporalmente una sección del desierto costero de Sechura en el segundo lago más grande del Perú, con una extensión de unos 5.000 kilómetros cuadrados.
¿Qué es, en realidad, “El Niño”? ¿Cómo se forma? ¿Por qué son sus efectos tan extensos? ¿Puede predecirse con exactitud su próxima aparición, y así tal vez reducirse los daños a la vida y la propiedad?
Comienza con el calentamiento de las aguas El Niño es, en sentido estricto, sólo la corriente de agua cálida que aparece cerca de la costa peruana con una frecuencia de entre dos y siete años.
Los marineros de esa zona han sabido de dicho calentamiento por más de cien años, y desde su última aparición lo llamaron “El Niño”, ya que su llegada a la costa se produce alrededor de la Navidad.
El calentamiento de las aguas cerca de la costa del Perú produce acciones favorables como el aumento de las lluvias en esas tierras, lo cual hace que los desiertos florezcan y el ganado aumente; pero otras no lo son tanto, ya que las lluvias, cuando son fuertes, provocan grandes inundaciones que tienen consecuencias muy graves. Además, el agua caliente de la superficie del mar impide que asciendan las capas de agua fría, más bajas, las cuales están repletas de nutrientes, los que no puden ser aprovechados.
En consecuencia, muchas criaturas marinas, e incluso algunas aves, emigran en busca de alimento. De modo que los efectos del “El Niño” se hacen sentir en otros lugares, muy lejos de la costa peruana, por lo que se considera que la acción de este fenómeno afecta gravemente todo el medio ambiente y produce un desequilibrio en general.
Nacido del viento y del agua
¿Qué es lo que provoca la inusual elevación de la temperatura oceánica cerca del litoral peruano? Para entenderlo, analicemos primero el gigantesco sistema de circulación atmosférica entre las regiones oriental y occidental del Pacífico tropical, conocido como Circulación de Walker.
A medida que el Sol calienta la superficie del Pacífico occidental, cerca de Indonesia y Australia, el aire caliente y húmedo asciende, generando un sistema de baja presión cerca de la superficie de las aguas. Ese aire ascendente se enfría y pierde humedad, lo que produce lluvias sobre la zona. Los vientos que soplan en las capas superiores de la atmósfera se llevan el aire seco al lado este del Pacífico. En su recorrido se enfría todavía más y se hace más pesado, por lo que empieza a descender al llegar al Perú y al Ecuador, con lo que se crea un sistema de alta presión cerca de la superficie del océano. Entonces, puesto que a bajas altitudes las corrientes de aire conocidas como vientos alisios soplan en dirección contraria, es decir, hacia Indonesia, el círculo se cierra.
¿Cómo afectan los vientos alisios a la temperatura de las aguas tropicales del Pacífico? Estos vientos normalmente actúan como lo hace la brisa en una pequeña laguna, acumulan el agua caliente en el Pacífico occidental, ya que allí la superficie del mar es hasta 60 centímetros más elevada y 8 grados Celsius.
En el Pacífico oriental, las capas de agua más frías repletas de nutrientes van hacia la superficie desde el fondo, con lo que contribuyen a la proliferación de la vida marina.
En años normales, es decir, sin “El Niño”, la temperatura de la superficie marina es más baja en el lado oriental del Pacífico que en el occidental.
Como roca en medio de una corriente
“El Niño” también puede alterar los sistemas climáticos de lugares muy alejados de las corrientes de agua del Pacífico tropical.
¿De qué manera? Por su repercusión en el sistema de circulación atmosférica, los efectos de largo alcance de una perturbación local en la circulación atmosférica pueden compararse con las ondas que conforman lo ancho de un arroyo cuando hay una roca en el centro de la corriente.
Las densas nubes de lluvia que se elevan sobre las aguas del cálido océano tropical forman en la atmósfera una obstrucción semejante a la de una roca en una corriente, lo cual afecta al clima de lugares a miles de kilómetros de distancia.
En latitudes más altas, “El Niño” cobra fuerza y desplaza a las veloces corrientes de aire que viajan hacia el este, conocidas como corrientes de chorro. Éstas determinan el curso de la mayoría de los sistemas de tormentas de dichas latitudes. Si las corrientes de chorro se fortalecen y cambian de rumbo, pueden del mismo modo intensificar o disminuir las condiciones climáticas de las estaciones. Por ejemplo, los inviernos de “El Niño”, por lo general son más moderados de lo normal en algunos lugares del norte de Estados Unidos, pero más húmedos y crudos en los estados del sur.
¿Puede predecirse?
Los efectos de las tormentas individuales pueden deducirse a lo sumo unos cuantos días antes de su formación. No ocurre lo mismo cuando se intenta pronosticar el fenómeno de “El Niño” ya que las predicciones de éste no se refieren a sucesos climatológicos de corto alcance, sino a condiciones climáticas anormales en extensas regiones durante varios meses seguidos. Lo que han logrado los expertos con cierto éxito es anticipar la llegada este fenómeno. Por ejemplo, los pronósticos de “El Niño” para 1997 y 1998 se emitieron en mayo de 1997, unos seis meses antes de que se produjera. En la actualidad se hallan esparcidas por el Pacífico tropical 70 boyas fijas que registran las condiciones del viento a nivel de superficie y las temperaturas oceánicas hasta una profundidad de 500 metros. Al introducirse en modelos computarizados del clima, esos datos generan las predicciones climatológicas. Las advertencias tempranas de “El Niño” pueden lograr que la gente se prepare para los cambios que se esperan. En el Perú, por ejemplo, dichos pronósticos han impulsado desde 1983 a muchos granjeros a criar ganado y sembrar cultivos adecuados a las condiciones más húmedas, mientras que los pescadores, en lugar de peces, recogen los camarones que llegan con las aguas más cálidas. De modo que los pro- nósticos exactos y la preparación pueden reducir las pérdidas humanas y económicas producidas por esta corriente de agua cálida. La investigación científica de los procesos que gobiernan el clima de nuestra Tierra da testimonio de la exactitud de las palabras inspiradas de Salomón, rey de Israel de hace unos tres mil años, quien escribió:
El viento va hacia el sur, y da la vuelta en movimiento circular hacia el norte. Él va girando y girando de continuo en forma de círculo, y sin demora vuelve el viento a sus movimientos circulares.