Del latín informare, transmite la idea de dar forma a algo.
¿Qué es información?
Del latín informare, transmite la idea de dar forma a algo. De ahí que algunas definiciones de informar den el sentido de moldear la mente, dar forma o instruir la mente. Al llegar los años noventa, aparecieron tantos términos nuevos relacionados con la información, que por sí solos ya producen confusión.
La gente cree que quien posee más información tiene ventaja sobre los que no pueden acceder a ella con tanta facilidad, y que la información ya no es un medio para alcanzar un fin, sino un fin en sí mismo. Hoy, como nunca antes, es posible acceder a más información gracias a la comodidad, velocidad y capacidad de las computadoras. La informática ha pasado a ser parte de la vida diaria.
Los programas televisivos superficiales y frívolos de noticias y actualidades han pasado a tener gran interés en el público general que suele darle más importancia que a los programas culturales. Muchas personas padecen algún tipo de ansiedad de información, debido a que la era de la información ha cambiado nuestra forma de vivir y de trabajar.
La ansiedad de información sobreviene como consecuencia de la creciente brecha entre lo que entendemos y lo que creemos que deberíamos entender. Es el agujero negro entre los datos y el conocimiento, y se produce cuando la información no nos dice lo que queremos o necesitamos saber. De toda la avalancha de información que se nos presenta, escogemos unos pocos datos. El exceso de información se ha convertido en un contaminante que crea niebla tóxica de datos. Es cierto que demasiada información o una avalancha de datos puede provocar ansiedad, pero lo mismo sucede si recibimos información insuficiente o, peor aún, errónea.
Delincuencia informática
El aumento de delitos informáticos es otra de las causas de ansiedad informática. Hay quienes deliberadamente introducen virus en los sistemas informáticos y causan verdaderos estragos. Además, hoy en día es posible acceder ilegalmente a los sistemas electrónicos y obtener información confidencial e, incluso, robar dinero. Esto puede causar verdaderos problemas a miles de usuarios de computadoras personales.
Ya sea a través de la página impresa, la radio, la televisión, Internet o algún otro medio, lo cierto es que el mundo se encuentra saturado de información. En este ambiente dominado por los medios de comunicación, es difícil especificar qué es información errónea, desinformación o propaganda.
La importancia de estar informados
Si bien es cierto que todos necesitamos estar bien informados, tener gran cantidad de información innecesaria no nos educa en el sentido estricto de la palabra, ya que gran parte de lo que se hace pasar por información no son más que simples hechos o datos superficiales, que no hacen a nuestra necesidad.
Esta explosión de información debería llamarse, en realidad, “explosión de datos” o “explosión de no información”.
Centrarse en la simple información ha conducido a una avalancha de miles de millones de pizcas de datos sueltos y en bruto, cada vez menos valiosas, en lugar de llevarnos a la búsqueda de nuevos y valiosos patrones de conocimiento.
La mayor parte de la información correspondiente a la era de la información sencillamente se desperdicia; no es más que ruido. La frase explosión de información es muy acertada, pues una explosión impide oír otros sonidos.
El deseo de obtener más y más información debe ser controlado ya que puede salir caro en términos de tiempo, sueño, salud y hasta dinero. Si bien tener más información ofrece más opciones, también puede crearse ansiedad puesto que la persona quiere estar segura de haber revisado o visto toda la información disponible.
La información, de por sí, no arroja ninguna luz sobre el sentido de nuestra vida, tiene muy poco que ver con obtener sabiduría. Muchas veces la gente se siente agobiada no sólo por el gran volumen de información accesible hoy día, sino también por la frustración de tratar de transformarla en algo que sea entendible, significativo y realmente informativo. Se ha dicho que podríamos ser como una persona sedienta condenada a utilizar un dedal para beber agua de una boca de incendios. La inmensa cantidad de información disponible y la manera como suele comunicarse hace que gran parte de ella nos resulte inútil.
¿Qué hay de la transferencia de datos?
Otra expresión que se oye comúnmente es: transferencia de datos, referida a transmitir información por vía electrónica. Durante la transferencia de datos no se ve ninguna ex- presión facial, no hay contacto visual ni lenguaje corporal, factores que suelen dar forma a la conversación y transmitir sentimientos. Cuando se conversa cara a cara, estos factores amplían y muchas veces aclaran lo que se dice de palabra. Ninguna de estas valiosas ayudas para la comprensión se consiguen por vía electrónica, ni siquiera con el teléfono celular, que cada vez está más de moda.
La tecnofobia
Tecnofobia significa: temor a la tecnología, especialmente a las computadoras y a aparatos electrónicos similares. Hay quienes dicen que esta es una de las ansiedades más comunes de la era de la información. Tal es el caso de quienes se asustan ante tantas luces de colores en el tablero de su automóvil, o las miles de instrucciones para utilizar su teléfono nuevo, o tantos botones que apretar para grabar una película en video, etc.
Estos son sólo unos ejemplos de tecnofobia. No hay duda de que la tecnología seguirá inventando aparatos cada vez más sofisticados que la gente de generaciones anteriores ni siquiera hubiera imaginado.
¿Cómo afrontar la era de la información?
Hemos de reconocer que hay muchos aspectos de la era de la información de los años noventa que seguirán provocándonos ansiedad. Y sobre algunos de ellos tenemos poco o ningún control. No obstante, podemos tomar ciertas medidas para eliminar mucha de tal ansiedad, por no decir toda. Pudiéramos afirmar que la supervivencia en la era de la información es una labor difícil, pero gratificante.
Receptores y emisores de información
Todos nosotros somos, en menor o mayor medida, receptores y emisores de información. Ahora bien, el cerebro capta y procesa la información de distintas maneras: procesa información subconscientemente y procesa información de modo consciente, como sucede durante una conversación. Sobre este tipo de procesamiento de información tenemos bastante control, tanto si ejercemos la función de emisores como de receptores.
La lectura, por su naturaleza, consume bastante tiempo, en esta era de la información instantánea, se está perdiendo el arte y el placer de leer.
Demasiadas personas dejan que la televisión monopolice su tiempo. Sin embargo, la palabra escrita todavía es el medio más eficaz de estimular la imaginación y transmitir información, ideas y conceptos.
La clave está en filtrar, seleccionar lo que vamos a escuchar, ver, decir o leer y fijar prioridades al respecto, son medidas que pueden eliminar mucha ansiedad de información. El secreto del procesamiento de información radica en limitar su campo de información a lo que sea relevante para lo que necesitamos. Al contrario, parece que el disponer de más opciones produce más ansiedad.
Vivir una vida más sencilla es vivir con más determinación y con un mínimo de distracciones innecesarias.
No obstante, si planeamos la información que queremos obtener a través de la lectura, la televisión o la computadora tal como planeamos cualquier otra actividad, descubriremos que, si escogemos lo que verdaderamente nos interesa, sentiremos menos ansiedad y nuestra vida será más agradable.
Es bueno clasificar la información de acuerdo con las necesidades e intereses personales. Es importante no convertirnos en esclavos de la información ni sentirnos intimidados por ella.
De este modo, la información útil le resultará edificante, animadora y provechosa, y no nos causará ansiedad.