La pediculosis es una infestación por piojos hematófagos.
UN GRAN MALESTAR
La pediculosis es una infestación por piojos hematófagos. Existen varias especies que afectan a los seres humanos. Se les llama “piojos” a aquellos insectos hemípteros anopluro (parásitos de los mamíferos) o malófago (parásitos de las aves). El más conocido de éstos que afecta a los seres humanos es el “piojo común” que tiene un cuerpo aplanado, pequeño tamaño, mide de 2 a 6 mm de largo, con antenas, boca chupadora con un potente aparato perforador, con órganos de los sentidos muy rudimentarios y, normalmente, carecen de alas.
Éstos afectan a gran parte de los individuos del planeta, ya que se expanden rápidamente debido a la ligereza que caracteriza a este insecto cuando se desplaza. Podemos encontrar tres tipos de pediculosis, algunas más comunes y visibles que otras.
Pediculosis capitis
Adquirida por el contacto con individuos infestados, es la infestación más común del cuero cabelludo de los niños. En todo el mundo, cada año se infestan millones de niños.
Afecta principalmente la región occipital (parte posterior e inferior del cráneo) y retroauricular del cuero cabelludo, donde con frecuencia se observan numerosas liendres adheridas al tallo piloso.
Las liendres son los huevos del piojo; su cuerpo es pequeño, de color blanquecino amarillento y se parecen a la caspa, aunque la dificultad para su desprendimiento del tallo piloso permite el diagnóstico. Los piojos adultos son difíciles de hallar debido a que en general se esconden de la luz.
Las lesiones características comprenden pequeñas pápulas eritematosas acompañadas por excoriaciones por rascado.
El prurito es el síntoma fundamental de esta infección y el rascado lleva muchas veces a la infección bacteriana de las lesiones o a una eczematización que enmascara el cuadro clínico típico.
Este tipo de pediculosis afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, en especial a mujeres. Pero sobre todo a aquellas que se encuentran en edad escolar. Por otra parte, puede atacar a individuos con buena higiene general pero que usan o tienen el pelo largo, ya que es más difícil de cuidar y mantener limpio; esto explica que afecte mucho más a las mujeres.
La pediculosis capitis no sólo tiene una gran dispersión geográfica que incluye países desarrollados, sino que incluso ha experimentado un importante crecimiento a partir de la quinta década de este siglo.
Pediculosis corporis
En la pediculosis corporal, los parásitos se alojan en las costuras y pliegues de la ropa que está en contacto inmediato con la piel. Al desnudar al paciente, sólo cuando hay abundante pilosidad corporal podrán ser hallados allí algunos piojos y liendres.
En relación con las lesiones, éstas se localizan con mayor frecuencia en los sitios donde la ropa está en contacto íntimo con la piel, como el cuello, el tronco, el abdomen (región cercana al cinturón), las nalgas, los muslos y los pliegues inguinales.
Al inicio de este tipo de pediculosis se encuentran pequeños puntos rojos que corresponden al orificio creado por el parásito sobre los que se desarrollan pápulas urticarianas y muy pruriginosas.
Cuando la infección es masiva, los rasgos característicos que se observan en el cuerpo claramente, por la continua irritación y el rascado son: la piel aumenta su grosor y adquiere una pigmentación bronceada oscura, con rastros hemorrágicos por excoriación; se forman manchas de tamaño variable que cubren las zonas más parasitadas y la infección recibe el nombre de “enfermedad de los vagabundos” o “melanodermia pediculósica”. Estas lesiones pueden sufrir una infección bacteriana secundaria, con afectación linfática regional, o constituir los focos iniciales de afectaciones sistémicas de importancia, como la glomerulonefritis aguda.
Por esta causa, este tipo de pediculosis se ha hecho rara en los países con mejor nivel de vida, en los que la higiene personal y las facilidades para el lavado y el recambio de ropa son habituales.
En los países de escaso desarrollo abunda más, debido a la falta de recursos para adquirir una vivienda en la cual puedan higienizarse correctamente, sobre todo en las regiones frías y en la época invernal, durante la cual se reduce el aseo y aumenta el hacinamiento para protegerse del frío.
Pediculosis pubis
En esta variedad el parásito se localiza principalmente en la región del pubis, pero puede extenderse hacia el tronco, las axilas, las cejas y las pestañas, respetando siempre el cuero cabelludo que es territorio del pediculus capitis.
Las lesiones de este tipo de pediculosis corresponden por lo general a pápulas eritematosas y excoriaciones por rascado. El cuadro característico se inicia en la mayoría de los casos con intenso prurito confinado a la región del pubis, que coexiste con las lesiones anteriormente citadas y con la presencia del parásito y de las liendres adheridas a los pelos de la región.
En la piel lindera pueden observarse manchas de color azulado, de 0,1 a 1 cm de diámetro, denominadas manchas cerúleas, probablemente debidas al depósito de pigmentos hemáticos en los sitios de punción.
La extensión del cuadro hacia las cejas o las pestañas puede causar cuadros de blefaritis de difícil diagnóstico. Éste debe efectuarse con mucho cuidado, con buena luz y con la ayuda de una lupa manual. Puede ser bastante difícil distinguirlo, sobre todo en las personas con la piel muy oscura y abundante vellosidad genital.
Recomendaciones
Hay que tener en mente muchas precauciones y cuidados cuando una de las personas que viven en su hogar tiene piojos, ya que no sólo habitan en la cabeza sino también en otras partes del cuerpo, y se extienden a los integrantes de toda la casa si no es tratada a tiempo y con los métodos indicados para cada caso de pediculosis. Sólo de esta manera se evitará la propagación de piojos y liendres.
Algunos métodos más comunes son, la ropa, las sábanas y toallas y todos aquellos elementos que estuvieron en contacto con las personas infectadas deben ser lavadas con agua caliente o tibia.
Después, secarse y centrifugarse durante unos quince o veinte minutos.
También se recomienda lavar todos los peines y los cepillos con suficiente agua caliente y el plus de un chorrito de líquido piojicida para asegurarse de que ninguna liendre ni piojo volverá a la cabeza de ningún integrante de la familia.
Pero todo no termina aquí, ya que además todas las alfombras y felpudos de la casa, así como también las camas, los sillones y los almohadones deben aspirarse a fondo y, la bolsa de las aspiradora, desecharse una vez terminado el trabajo.