Las jirafas son famosas por su cuello extraordinariamente largo, que les permite alcanzar las hojas más altas y tiernas de los árboles y sus largas patas delanteras que son mucho más largas que las traseras. Su corazón debe generar cerca del doble de la presión sanguínea normal de un mamífero de gran tamaño para mantener el flujo de sangre al cerebro en contra de la gravedad. El patrón de estampado de las manchas marrones sobre su piel amarilla depende de la región donde habita cada una de las subespecies existentes. Pueden llegar a medir entre cinco y seis metros de alto, viven aproximadamente entre veinte y veinticinco años y suelen ser animales muy apacibles.