Los flavonoides, antioxidantes presentes en el cacao, estimulan la producción de óxido nítrico, molécula que promueve la vasodilatación o aumento del calibre de los vasos sanguíneos. De esta manera se incrementa el flujo de sangre y la presión arterial se mantiene estable. El consumo de cacao está asociado a una menor incidencia de infartos. Baja el colesterol malo, alivia el estrés, reduce el riesgo de padecer cáncer y mejora la salud visual.