Estos combustibles se formaron a partir de materia orgánica enterrada, proceso que llevó millones de años.
COMBUSTIBLES FÓSILES Y NO FÓSILES
Los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural, son los elementos a partir de los cuales se obtiene la energía necesaria para poner en funcionamiento la mayoría de las industrias del mundo de hoy. Estos combustibles se formaron a partir de materia orgánica enterrada, proceso que llevó millones de años.
Los combustibles fósiles, químicamente hablando, son hidrocarburos compuestos formados por hidrógeno y carbono; algunos contienen también pequeñas cantidades de otros componentes. Los hidrocarburos se forman a partir de organismos vivos que fueron enterrados en épocas remotas bajo capas de otros sedimentos.
Los distintos combustibles que mueven el transporte mundial (aéreo, marítimo o terrestre) se refinan del petróleo crudo. En cambio, la producción de energía eléctrica se realiza, más comúnmente, a partir del carbón. En cuanto a la producción de calor, para calefacción o agua caliente en hogares o edificios comerciales, el elemento utilizado es el gas natural.
Los sedimentos acumulados en las distintas capas son los que dieron origen a los yacimientos de combustibles fósiles de la actualidad.
El material así cubierto bajo dichas capas estuvo sometido a temperaturas y presiones muy importantes.
Muchos de los depósitos de combustibles fósiles que se explotan en la actualidad se han formado en cuencas sedimentarias; que por lo general, se encuentran a varios cientos de metros de profundidad.
A lo largo de millones de años, estas condiciones pueden transformar químicamente el material en petróleo, gas natural, carbón u otros tipos de combustibles fósiles. La mayoría de los recursos naturales tardaron en originarse tiempos intangibles para nuestra imaginación. La preservación de los mismos es urgente e inmediata.
EL PETRÓLEO
Existen dos teorías sobre la formación de los hidrocarburos. La primera es la llamada de origen orgánico. Siempre se ha pensado que el petróleo se formó principalmente a partir de antiguos microorganismos que habitaron en los medios salinos (océanos, mares). Cuando esas plantas y bacterias microscópicas murieron y cayeron al fondo del mar, se mezclaron con distintos sedimentos y arena para formar un barro rico en compuestos orgánicos. A medida que las capas de sedimentos se iban acumulando sobre ese fango orgánico, el barro se iba calentando y poco a poco se iba comprimiendo, transformándose químicamente el material orgánico en petróleo y gas natural.
La otra teoría es conocida como origen inorgánico. Esta teoría sostiene que los hidrocarburos eran parte integrante del material que formó la Tierra mediante la acumulación de sustancias sólidas hace unos cuatro mil quinientos millones de años. Según dicha teoría, los elementos del petróleo se encuentran en las profundidades del planeta desde que éste se enfrió.
La teoría del origen orgánico de los hidrocarburos recibió tal aceptación en Estados Unidos y en gran parte de Europa que, de hecho, paralizó la investigación en la dirección opuesta. Pero tal cosa no sucedió en los países de la ex Unión Soviética. Es probable que se debiera a que el respetado químico ruso Mendeleieu (abajo) defendió el origen inorgánico.
EL CARBÓN
El carbón fue originado por diferentes plantas: árboles, helechos y musgos que crecieron en pantanos y ciénagas en las riveras o las costas. Cuando muchas de esas plantas murieron y fueron enterradas gradualmente bajo capas de sedimentos, fue formándose este combustible fósil sólido. El material orgánico originario, que era rico en carbono, hidrógeno y oxígeno, se hacía más rico en carbono e hidrógeno y más pobre en oxígeno. Sucesivas etapas en la formación del carbón:
-Turba: materia vegetal parcialmente carbonizada.
-Lignito: carbón blando grisáceo o negro con un bajo contenido en carbono.
-Carbón subbituminoso: carbón blando con un contenido medio de carbono.
-Carbón bituminoso: carbón blando con un contenido más alto en carbono y más bajo en humedad que el subbituminoso.
-Antracita: carbón duro con un contenido muy alto en carbono y muy bajo en humedad. El de más alto valor energético.
EL GAS
La mayor parte del gas natural se ha formado a partir del plancton (pequeños organismos acuáticos, incluyendo algas y protozoos), acumulados en el lecho oceánico que fueron enterrados y comprimidos lentamente bajo capas de sedimentos. A lo largo de millones de años, la presión y el calor generados por los sedimentos convirtieron ese material orgánico en gas natural que se compone principalmente de metano y otros hidrocarburos ligeros.
COMBUSTIBLES NO FÓSILES
Combustible sintético se denomina al combustible gaseoso o líquido que se obtiene a partir de carbón o recursos renovables de biomasa que se utiliza en lugar del petróleo o del gas natural.
Métodos para realizar la transformación:
1- La síntesis de gas.
2- La carbonización o calentamiento del carbón en ausencia de aire.
3- La extracción.
4- La hidrogenación.
Las materias primas para la producción de metanol (combustible gaseoso) son el carbón y los residuos orgánicos (sobre todo desechos de madera), mientras que el etanol (combustible líquido) puede destilarse a partir de algunos granos, plantas azucareras y varios vegetales que, como denominador común, poseen almidón en su composición. La escasez de petróleo durante la década de 1970 resucitó el interés por las mezclas con alcohol, que se incrementó en 1985 ante la propuesta de prohibir la gasolina con plomo al final de dicha década.
En algunos países de América se utiliza la alconafta (combustible destilado de la caña de azúcar) en lugar de gasolina o nafta y puede emplearse en un automóvil sin necesidad de modificar el carburador, con la ventaja adicional que tiene un octanaje un poco más alto que el combustible sin plomo que se vende en la actualidad.
Los combustibles fósiles forman parte de los recursos no renovables que tiene el planeta. El hombre, en menos de cien años, ha gastado lo que llevó millones de años en formarse. El uso de combustibles no fósiles está dejando de ser una posibilidad para convertise en una necesidad.
