Los cuatro planetas interiores más pequeños, también conocidos como "planetas terrestres", están compuestos, principalmente, por roca y metal. Los cuatro planetas exteriores, también conocidos como "gigantes gaseosos" son, sustancialmente, más grandes y más masivos que los planetas interiores. Júpiter y Saturno son los más grandes y están compuestos, principalmente, de hidrógeno y helio. Los otros dos gigantes gaseosos, Urano y Neptuno, de hielo (agua, amoníaco y metano). Juntos, se conocen como los "gigantes de hielo".