El cuerpo humano puede soportar tanto la sed como el hambre, pero no tolera la falta de sueño. Dormir bien y lo suficiente es vital para el bienestar, mientras que si dormimos poco o mal, nos arriesgamos a tener problemas que van más allá del simple cansancio y que pueden afectar a aspectos tan importantes como, por ejemplo, el rendimiento escolar y laboral.