Los cientos de ruinas mayas que se encuentran hoy en día en Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y México son admiradas por sus imponentes estructuras, elaboradas decoraciones, y por su gran tamaño. Sin embargo, lo que las hace misteriosas es la rápida desaparición de una sociedad tan grande, avanzada y compleja, capaz de crear estos impresionantes edificios que, todavía, se encuentran en toda América Central.