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Población, Trabajo y Tecnología

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Algunos antropólogos afirman que el hombre comenzó a trabajar cuando se agrupó, aproximadamente hacia el año...

SU HISTORIA

Algunos antropólogos afirman que el hombre comenzó a trabajar cuando se agrupó, aproximadamente hacia el año 40000 a.C., en el período Paleolítico o Edad de Piedra. Nuestros antepasados del Paleolítico usaron la piedra, la madera, las astas, los dientes, los colmillos y los huesos de los animales que cazaban para fabricar sus armas, utensilios y herramientas.

Durante el período Neolítico, los hombres aprendieron a cultivar la tierra, a domesticar animales y se volvieron sedentarios; se produjo la primera revolución agrícola. Los pequeños sembradíos le aseguraban un mínimo superávit y, al tener más tiempo disponible, puesto que no necesitaban recorrer distancias para cazar, algunos miembros del grupo pudieron dedicarse a otras actividades como el tejido, la alfarería  y la construcción de herramientas rudimentarias.

Tecnología para el adelanto laboral

Con las invenciones tecnológicas de herramientas fabricadas en metal (cobre y bronce) se pudo tener mayor eficiencia en la recolección de alimentos. Los metales ocasionaron un aumento del comercio y provocaron una serie de innovaciones que impulsaron el progreso material del hombre.

Aparecieron entonces los primeros asentamientos con la especialización y división del trabajo.

Las primeras civilizaciones se caracterizaron por las divisiones de clases sociales de acuerdo con el trabajo que cada uno realizaba.

Sociedades laborales

La vida social se limitó con la caída del Imperio Romano. Los nobles se apropiaron de grandes extensiones de tierra mientras que los campesinos entregaban casi toda su producción a cambio de “protección militar”. Esta situación demandó, por parte de los campesinos, jornadas de trabajo diario más largas.

El ingenio y la ayuda de la tecnología los llevó a inventar el arado, tirado por animales, lo que les permitió producir mayor cantidad de alimentos con menor esfuerzo. Esa mayor cantidad y diversidad de alimentos les dio la idea de organizar, con todo éxito, una feria semanal para venderlos. Los señores feudales les aumentaron entonces los impuestos… que los campesinos pudieron pagar…

La organización de los oficios y profesiones. Nacimiento de la industria

En la Edad Media, la Iglesia se transformó en el mayor generador de empleos debido a la gran cantidad de templos que hizo edificar. Los constructores, agrupados en asociaciones de artesanos del siglo XIV, reglamentaron el desarrollo de las distintas profesiones y oficios. En Venecia, Italia, se editaron los primeros libros de texto por especialización y en las ciudades comenzaron a crecer talleres, debido a la acumulación de la riqueza. Nacieron así establecimientos que necesitaban gran cantidad de hombres operarios.

El desarrollo de esos talleres o pequeñas fábricas produjo un gran éxodo de millares de personas desde el campo a la ciudades y, a fines del siglo XVII podemos decir que había nacido la “clase obrera”. En el siglo XIX, durante la revolución industrial, producida por la incorporación de máquinas a vapor y nuevas técnicas de producción, los bienes industriales experimentaron una fuerte expansión. A su vez las jornadas laborales de la última mitad del siglo, en las grandes fábricas eran de 12 horas durante los 7 días de la semana.

La mujer realizó en la antigüedad los mismos trabajos que el hombre, no eludió tareas peligrosas ni pesadas. Con la Revolución industrial el centro de la vida familiar y las tareas se trasladaron del campo a la ciudad y allí la mujer comenzó a trabajar en las factorías, especialmente durante las dos guerras mundiales, mientras los hombres luchaban en el campo de batalla. También la demanda de educación hizo que la mayoría se dedicara a la docencia y a los puestos administrativos, aunque fábricas, comercios e industrias también cuentan con su buen desempeño laboral.

Un nuevo siglo de trabajo

A partir del año 1900 (siglo XX), las demandas obreras por una reducción de horas de trabajo fueron teniendo éxito y la jornada laboral disminuyó a diez horas diarias durante los 7 días. Recién entre los años 1906 a 1917, para los trabajadores de la industria se consiguió el descanso dominical. El año 1917 fue clave. Henry Ford fabrica un pequeño tractor de bajo costo (el Fordson) y también una línea de montaje en serie para automóviles. Esto produce otra revolución en la industria, el trabajo y el desplazamiento de las personas. A partir de ese año, y hasta 1940, el sector obrero debió mantener duras luchas con el sector empresarial hasta que al final se logró establecer una jornada de trabajo de 8 horas diarias, sin disminución del salario y con un día de descanso semanal.

Aumento de la población y de la desocupación

Alrededor del año 1800, la humanidad alcanzó los primeros mil millones de habitantes, pero en sólo 130 años esa cifra se duplicó. En 1930 eran 2 mil millones, en 1960, treinta años más tarde, ya eran 3 mil millones y, actualmente, cada 11 años, la población aumenta mil millones. En la actualidad hay aproximadamente 6.000 millones de habitantes y se prevé que esta cifra se duplique en los próximos cuarenta años.

El trabajo en las épocas de guerra

La Segunda Guerra Mundial exigió, de muchos países, la fabricación de insumos y máquinas por lo cual la jornada laboral se incrementó en 50 horas semanales. Entre 1946 y 1997 la jornada se mantuvo en 8 horas diarias durante 6 días, debido a la paz mundial existente.

A comienzos de siglo, un agricultor producía cantidad suficiente para alimentar a cuatro personas. Actualmente, con mucho menor esfuerzo, en menor tiempo y con la ayuda de maquinarias aportadas por la tecnología, produce alimentos suficientes para alimentar a 75 personas.

El trabajo en la actualidad

El aumento de la población mundial, sumado a la incorporación de ordenadores, robots, etc., en la producción de alimentos bienes y servicios, ha traído aparejada una gran desocupación en todo el mundo. Se calcula que más de 1.300 millones de personas están desocupadas. La masa laboral europea empleada en el sector de servicios e industrias es del 35%, y se estima que en los próximos 10 años se reduciría a un 25%. Es probable que porcentajes similares se repitan en todo el mundo, por consiguiente, en el año 2010 se habrá acentuado el proceso de desempleo, con el lógico agravamiento de los problemas de alimentación, vivienda, educación y pobreza.

La probable solución es que el rol de los estados cambie. Tendrán que organizar el tiempo libre de millones de personas y establecer nuevas maneras de fijar el valor de los objetos, no de acuerdo con el trabajo humano que demanda fabricarlos. Los gobiernos deberán llegar a un acuerdo con los pueblos sobre la mejor manera de distribuir las riquezas del mundo, para que la humanidad trabaje menos, para que se planifique y se viva en paz, en un mundo donde la igualdad y la distribución equitativa sean las constantes.

Algunos analistas en cuestiones de empleo sostienen que no se debe tener una visión pesimista frente a la introducción de nuevas tecnologías, lo importante es pensar en cambiar nuestra mentalidad, actuar sin egoísmos, compartiendo sin acaparar, pensando en que el otro, el que está cerca o lejos es igual que nosotros y tiene las mismas necesidades: de pan, vivienda, educación, salud y oportunidades de gozar del mismo mundo que los demás.

21 de mayo del 2017
Categoría: Enciclotin
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