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Profesores

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Aunque algunos educadores hacen que parezca fácil, la docencia puede convertirse en una carrera plagada de obstáculos...

¿POR QUÉ DECIDEN ENSEÑAR?

Aunque algunos educadores hacen que parezca fácil, la docencia puede convertirse en una carrera plagada de obstáculos, como aulas con demasiados estudiantes, una abrumadora cantidad de trámites burocráticos, alumnos con escaso o ningún interés y un sueldo insuficiente. En los centros educativos de las grandes ciudades, los obstáculos pueden resultar apabullantes.

Las drogas, la delincuencia, la falta de moralidad y, en ocasiones, la indiferencia de los padres repercuten gravemente en la disciplina y el ambiente escolar. Además, la rebeldía es algo habitual.

¿Qué  motiva a un profesor?

A la mayoría de los que deciden enseñar les gustan los niños. Hay quienes saben que en algunos casos son la única persona que los anima a esforzarse.

Otros se emocionan al ver cómo los niños aprenden, y deciden dedicarse a la enseñanza y dejar sus antiguos empleos. O eligen esta profesión porque les gustaba cuando eran estudiantes. Les parece una labor creativa que, a la vez, presenta muchas oportunidades de estimular la creatividad de los alumnos. También hay personas que no tienen muchas posibilidades de encontrar trabajo en el campo en que están especializadas, pero sí las hay en el sector educativo.

Entonces descubren que les gusta enseñar y que a los alumnos les gusta que les enseñen.

Para ser un buen profesor se debe estar convencido del valor de la educación y estar interesado en la gente joven. Muchas personas se dedican a la enseñanza porque les gusta tratar con niños y jóvenes, verlos crecer, desarrollarse y convertirse en personas más capaces, más competentes y mejor preparadas para defenderse en la vida. Quienes enseñan lo hacen porque es una forma de darse a los demás. En efecto, a pesar de las dificultades, miles de hombres y mujeres prefieren dedicarse a la carrera docente.

Los peligros e inconvenientes de la enseñanza

Se espera mucho de los profesionales de la enseñanza, pero se les concede muy poco reconocimiento público por sus esfuerzos y dedicación.

Hay que admitir que la enseñanza, de la cual se ha afirmado que es una profesión de suma importancia, afronta muchos desafíos: desde un sueldo insuficiente hasta las condiciones precarias de las aulas; desde el exceso de papeleo hasta las clases abarrotadas; desde la falta de respeto y la violencia hasta la indiferencia de los padres.

La falta de respeto

El problema más grave al que se enfrentan hoy los profesores es la falta de respeto. Los niños son cada vez más indisciplinados. Cuando los profesores de hoy eran niños, los maestros se hallaban entre las personas más respetadas. Jóvenes y mayores los consideraban sus modelos. Ese respeto ha desaparecido. La cultura occidental va influyendo poco a poco en la juventud, incluso en las zonas rurales. Las películas, los videos y las publicaciones presentan la falta de respeto como algo heroico. Los niños están influidos por el espíritu de rebelión, la insubordinación y la desobediencia que impregnan la sociedad.

Las drogas y la violencia

Por desgracia, las drogas son un verdadero problema en las escuelas. La prevención contra las drogas forma parte del currícula de casi todos los centros educativos.

Los niños saben mucho más de drogas que la mayoría de los adultos. Los estudiantes que se sienten perdidos, solos, aburridos o inseguros, o los que creen que nadie los quiere, tienen más probabilidades de consumir drogas.

Se sabe perfectamente que se venden y consumen drogas en los centros; lo que ocurre es que casi nunca se descubre quiénes lo hacen. La falta de disciplina se refleja en la tendencia destructiva generalizada. Las mesas y las paredes están manchadas, y el mobiliario, dañado; y muchos robos se producen dentro del colegio.

Los profesores deben batallar con los problemas que afectan directamente a los niños, como la violencia y la drogadicción en el seno familiar. Los alumnos se hallan en un entorno en el que aprenden palabras obscenas y adquieren otros malos hábitos. Además, está el problema de la pobreza. Aunque hay educación gratuita, los padres han de comprar libretas, bolígrafos y demás materiales, pero primero tienen que conseguir alimentos.

Menores con hijos

Otro problema de gran envergadura es la precoz actividad sexual de los jóvenes. Quedan embarazadas cada año más de un millón de adolescentes en todo el mundo. Los adolescentes sólo hablan de sexo y de fiestas. Es una obsesión. Y ahora que en muchas escuelas cuentan con conexión a Internet en la escuela tienen acceso a los canales de charla y a la pornografía. Lamentablemente, la promiscuidad sexual es una realidad entre los estudiantes.

“Niñeras de categoría”

Los maestros también se quejan de que muchos padres no cumplen con la obligación de educar a sus hijos en casa. Los progenitores deben ser los primeros en enseñarles.

A menudo, los padres no respaldan la disciplina que sus hijos reciben en el colegio. Si se lleva a un chico conflictivo al director, los padres lo recriminan. La educación que hasta hace poco se impartía en el hogar ya casi ha desaparecido. Ya no se puede dar por sentado que la mayoría de los niños han recibido una buena educación en casa. Hay profesores que tienen miedo a los alumnos. Por ejemplo: si les ponen malas notas, les tiran piedras o los agreden.

Pocos profesores y demasiados alumnos

Por lo general, la enseñanza está mal remunerada. Es una labor muy ingrata en lo que a sueldo se refiere; éste siempre ha estado por debajo del salario mínimo. El sueldo bajo los obliga a trabajar en dos o tres lugares y a correr de un lado a otro. Eso reduce la calidad de la enseñanza. Hay muchas clases demasiado grandes. Esto significa que no se puede prestar atención a los chicos con problemas. De hecho, pasan desapercibidos. No se tienen en cuenta las necesidades individuales.

Alegrías y satisfacciones de la docencia

A pesar de los desafíos, los inconvenientes y las desilusiones, millones de educadores de todo el mundo perseveran en su labor. Los anima mucho que recuerden con cariño los años que pasaron juntos.

Una de las mayores satisfacciones es saber que lograron despertar el interés de los alumnos por un determinado tema. Por ejemplo, después de explicar en clase ciertos sucesos históricos, algunos estudiantes dicen: ¡No se detenga! ¡Cuéntenos más!. Expresiones espontáneas como éstas pueden iluminar una mañana gris, pues se dan cuenta de que hicieron sentir a los chicos emociones nuevas.

La satisfacción normalmente radica en las pequeñas cosas de cada día, en los pequeños logros de los alumnos más bien que en resultados espectaculares, los cuales casi nunca se producen.

Hay maestros que dicen que es maravilloso cuando se encuentran con antiguos alumnos en la calle o en cualquier otro lugar y les expresan sus agradecimientos por lo que les han enseñado sienten así que todo esfuerzo valió la pena.

21 de mayo del 2017
Categoría: Enciclotin
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