Cuando sentimos sed, es porque hemos perdido más del 1 por ciento del total de agua de nuestro cuerpo. No es saludable beber agua en exceso ni muy rápido ya que, hacerlo, puede provocarnos una intoxicación, debido a que mucha cantidad puede diluir los niveles de sodio en sangre y provocar un desequilibrio en el nivel de agua del cerebro.