La energía es una propiedad o atributo de todo cuerpo o sistema material que le permite actuar sobre otros modificando su situación o estado, para transformarlos.
La palabra energía tiene origen griego y significa “eficacia, poder, actividad, operación, fuerza de acción o fuerza trabajando”. Se trata de un término que tiene diversas acepciones y definiciones relacionadas con la idea de una capacidad para transformar o poner en movimiento. Sin energía, ningún proceso físico, químico o biológico sería posible.
La energía posee características importantes: se transfiere (puede pasar de un cuerpo a otro), se transforma (una forma de energía puede convertirse en otra), puede ser transportada y se puede almacenar.
Las fuentes de energía se pueden clasificar, principalmente, en dos categorías: renovables (se pueden utilizar sin que se agoten) y no renovables (tienen una vida útil limitada y se van consumiendo a medida que las utilizamos).
Fuentes de energías renovables
Son aquellas a las que se puede recurrir permanentemente, por lo que son consideradas inagotables. Por ejemplo, el sol, el agua, o el viento se caracterizan por su bajo o nulo impacto.
Los biocombustibles son combustibles de origen biológico obtenidos a partir de restos orgánicos. Algunos productos pueden ser biogás (de la fermentación de los desechos orgánicos), bioetanol (es un alcohol que se obtiene a partir de maíz, caña de azúcar o remolacha y permite sustituir la nafta) y biodiesel (se fabrica a partir de grasa animal o aceites vegetales, que pueden ser ya usados o sin usar a partir, por ejemplo del girasol, la canola y la soja).
La geotérmica es la energía que se obtiene del calor interior de la tierra.
Con la energía solar, los paneles convierten, directamente, la energía lumínica en energía eléctrica.
Biomasa es la energía solar convertida por la vegetación en materia orgánica. Se puede recuperar por combustión directa o transformando la materia orgánica en otros combustibles.
La energía hidráulica es aprovechada or las centrales hidroeléctricas de los ríos para poner en funcionamiento turbinas que arrastran un generador eléctrico.
La energía mareomotriz aprovecha el movimiento de las mareas para que funcione un generador de electricidad.
La energía eólica utiliza la fuerza del viento que es, en realidad, la energía del movimiento generada por eos efectos de las corrientes de aire.
Fuentes de energía no renovables
Se encuentran de forma limitada en el planeta y su consumo es mayor que su capacidad para regenerarse. Existen varias, como los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) y la energía nuclear (fisión y fusión nuclear).
En la energía nuclear, el núcleo atómico de elementos pesados como el uranio o el plutonio puede ser desintegrado y liberar energía radiante y cinética. Las centrales termonucleares aprovechan esta energía para producir electricidad mediante turbinas de vapor de agua.
El gas natural tiene un origen similar al del petróleo y suele estar formando una capa o bolsa sobre los yacimientos del mismo. Está compuesto, fundamentalmente, por metano y es un buen sustituto del carbón como combustible, debido a su facilidad de transporte y elevado poder calorífico, ya que es menos contaminante que los otros combustibles fósiles.
El petróleo es el producto de la descomposición de los restos de organismos vivos microscópicos que vivieron hace millones de años en mares, lagos y desembocaduras de ríos. Se trata de una sustancia líquida, menos densa que el agua, de color oscuro, aspecto aceitoso y olor fuerte, formada por una mezcla de hidrocarburos (compuestos químicos que sólo contienen, en sus moléculas, carbono e hidrógeno). Tiene, en la actualidad, muchísimas aplicaciones, entre ellas, la nafta, los abonos, plásticos, explosivos, medicamentos, colorantes y fibras sintéticas, entre otros. De ahí la necesidad de no malgastarlo como simple combustible.
El carbón es una sustancia negra ligera que procede de la fosilización de restos orgánicos vegetales. Existen cuatro tipos (antracita, hulla, lignito y turba). Se utiliza como combustible en la industria, en las centrales térmicas y en las calefacciones domésticas.
Consecuencias
El impacto ambiental de las energías no renovables es hasta 30 veces superior que el impacto de las energías renovables. Algunos de los efectos negativos son:
Residuos radiactivos peligrosos. Son producidos en el proceso de fisión nuclear y provocan alteraciones que son, generalmente, irreversibles.
Efecto invernadero. Este fenómeno atmosférico permite mantener la temperatura del planeta, al retener parte de la energía proveniente del Sol. Esto se produce por el aumento en la emisión de ciertos gases como el dióxido de carbono y el metano, debido a la industrialización.
Lluvia ácida. Se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por los gases de las industrias y vehículos que queman productos derivados del petróleo. Cuando esta lluvia cae, aumenta la acidez de las aguas de ríos, lagos y suelos, lo que causa importantes daños en la vida acuática y cambios en la composición de los suelos.
Otras formas de impacto ambiental. Las energías renovables tampoco están exentas de costos ambientales, entre ellos, los derivados de la construcción de grandes centrales hidroeléctricas, el impacto sobre el paisaje y la avifauna con la creación de parques eólicos, los problemas de deforestación que el uso incontrolado de la biomasa puede generar, los problemas causados por los tendidos eléctricos y la invasión de espacios naturales para realizar explotaciones petrolíferas.
