Los científicos descubrieron que los delfines desarrollan sus propios silbidos individuales (nombres) para identificarse a sí mismos y a otros miembros de su manada. Debido a que la visibilidad es pobre en el océano, dependen del sonido para transmitir mensajes y comunicarse. Lo que no se sabía era la complejidad de su comunicación y la conciencia que poseen. La identidad es muy importante para ellos, que son animales que viven en grupos.