Análisis realizados a partir de métodos radio químicos revelan que las primeras ocupaciones humanas del continente sudamericano se produjeron hace unos 15.000 años.
PRIMITIVOS CAZADORES
Análisis realizados a partir de métodos radioquímicos revelan que las primeras ocupaciones humanas del continente sudamericano se produjeron hace unos 15.000 años. Estos primitivos pobladores dejaron pocos indicios de su tipo de vida.
ZONA CIRCUMCARIBE:
GUAJIROS: Seminómadas de rostros pintados, dedicados a la recolección y pesca, se asentaron en las planicies costeras en el NO de Venezuela. CHIBCHAS: Con una elaborada organización social encabezada por un gran jefe, se especializaron en espectaculares trabajos en oro, lo que posiblemente alimentó la imaginación de los conquistadores a través de la leyenda de El Dorado. JÍBAROS: Belicosos e indomables. Fueron capaces de rechazar los intentos de conquista del Inca y de devastar los asentamientos españoles en su territorio. Usaban profusos adornos de plumas y tatuajes. COLLAS: Fueron maestros en el trenzado de juncos y totoras para la construcción de canoas con las que navegaban las aguas del lago Titicaca. CHIMPAYAS: Cuidadores y criadores de llamas, cuyo pelo trabajaban para la confección de sus vestimentas. Lograron escapar a la subyugación Inca que arrasó las desoladas planicies altas andinas. Construían sus casas con piedras, y juncos en el techo. SUYÁS: Pequeña y belicosa sociedad, reducida a menos de la mitad de la población luego de los primeros contactos con los españoles. Utilizaban discos de madera para modelar sus labios, pinturas corporales para la guerra, arcos, flechas, arpones y otros instrumentos rudimentarios para la caza y la pesca. MBAYÁS: Se tatuaban y pintaban para la guerra. Lograron dominar a sus vecinos guanás a quienes brindaban protección contra otras tribus belicosas a cambio de los granos que los guanás cultivaban.
ZONA AMAZÓNICA:
A pesar de la espesura de la selva, las altas copas de los árboles tornan difícil la vida para muchos seres humanos, la existencia de ríos en los cuales la pesca es abundante, las tortugas, los monos, los roedores, pecaríes y tapires, la selva amazónica fue el hogar de pequeños grupos aborígenes (de entre 50 y 150 individuos) que se dedicaban a la caza, recolección y cultivo de pequeñas áreas que luego eran abandonadas tras cierto tiempo de explotación. Pescaban valiéndose de arpones, flechas y redes. La comunicación con otras tribus se establecía mediante canoas a lo largo del sistema de ríos y arroyos en la selva. Nombramos entre ellos a los jíbaros, arawak, waiwai, apalai, yanomamo, tirió, bora, tikuna, suyás, mundurucú, amahuaca, maué, kayapó e ipuriná.
ZONA ESTE BRASIL:
Desde la selva del Mato Grosso hasta las áridas tierras altas, cercanas a la costa este de Brasil habitaron muchos grupos de cazadores-recolectores seminómadas que realizaban una agricultura básica. Utilizaban arcos y flechas en la caza de pecaríes (jabalíes) para su alimento y pájaros de brillantes colores que les proveían las plumas para sus decoraciones. Entre los principales grupos mencionamos a los caingáns, mbyás, guaraníes, tupinambás, kayapos, bocotudos, carayás, timbirás, bororo, guató y teremembé. Muchos de estos grupos también se extendieron y habitaron hasta zonas del este del actual Paraguay, Misiones y norte del Uruguay.
GRAN CHACO:
Las planicies calurosas y secas en verano, muy húmedas y anegables en los inviernos lluviosos fueron el hogar de grupos cazadores, guerreros, que supieron resistirse al control español, aunque no pudieron salvar sus asentamientos, ni luchar contra las armas y las enfermedades que ellos portaban. Entre ellos podemos mencionar a los chiriguanos, mbayás, chulupies, chamacocos, tapietés, chanés, tobas, matacos, mocovíes, abipones, videlas y tonocotes.
ZONA ANDINA:
Durante siglos las sociedades andinas habían ido desarrollando aquellas prácticas que en conjunto hacen una civilización. Sobre ellas, la estrella del Imperio Inca destelló durante mucho tiempo imponiendo en todos los pueblos circundantes la religión, la alfarería, la vestimenta, la metalurgia y su arquitectura monumental. Pero por sobre todas las cosas, la agricultura y sus sistemas de riego y fertilización. Esto les permitió convertir los fértiles valles montañosos en áreas de producción agrícola y seguros lugares de vivienda. Casi 2.500 años atrás, los Andes fueron tierra de cultivo y producción de papa, algodón, poroto, pimiento y ají, maíz, nuez y almendra, pero también de asentamiento de palacios de piedras, altares y caminos reales
PATAGONIA Los habitantes patagónicos de las tierras andinas del sudoeste se dedicaban a cultivar la tierra, en tanto que los habitantes de las costas del este recolectaban productos directos de la naturaleza y pescaban. Solamente los agricultores mapuches, quienes se habían resistido al avance del imperio Inca, pudieron defenderse contra los europeos. Entre los principales grupos que habitaban la Patagonia y Tierra del Fuego, encontraron a los tehuelches, mapuches, onas, yámanas y alcalufs. Los pueblos magallánicos tenían una economía basada en la caza, la pesca y la recolección de animales marinos como: lobos del mar, ballenas y mariscos. Empleaban arpones y otros instrumentos que les servían para desprender mariscos de las rocas. Construían sus canoas con cortezas de árboles y su vestimenta simple, en forma de ponchos o mantos rectangulares, eran hechas de pieles de lobo marino, nutria o zorro, cosidas entre sí.