En algunos puntos y en época de crecida alcanza la amplitud de los 50 kilómetros de ancho, lo que hace que de una orilla no se vea la otra
Caudal majestuoso
En materia de caudal, es único, dejando atrás al Misisipí, al Nilo y al Yangtsé juntos. Con una descarga media de más de 200.000 metros cúbicos por segundo despeja en el Atlántico entre el 15 y el 20% del total de agua dulce que penetra en los océanos de todo el planeta. Esta extraordinaria descarga empuja el mar formando como un lago de agua dulce, que penetra hasta 200 kilómetros en el Atlántico.
En algunos puntos y en época de crecida alcanza la amplitud de los 50 kilómetros de ancho, lo que hace que de una orilla no se vea la otra. En ciertas zonas la profundidad oscila entre 50 y 80 metros.
Las frecuentes inundaciones son importantes para la agricultura de la zona, pues el río arrastra consigo una cantidad considerable de minerales y residuos orgánicos que deposita en las riberas, fertilizando amplias extensiones de tierras bajas.
DECLIVE
En forma general, el declive natural del Amazonas es muy leve, en promedio posee una pendiente de dos centímetros por kilómetro. La suavidad de este declive permite que la marea oceánica penetre corriente arriba hasta unos 800 kilómetros, creando una serie de marejadas espectaculares.
HISTORIA
El explorador español Francisco de Orellana fue el primer europeo en descender por el Amazonas, al que dio nombre en 1542. Lo llamó así porque, según afirma, presenció batallas tribales de mujeres guerreras que le recordaron a las amazonas de la mitología griega.
Tras esta expedición vinieron otros exploradores de España, Inglaterra, Holanda y Portugal. De aquellos múltiples asentamientos surgieron decenas de poblados.
Estas primeras actividades, así como el posterior auge del cultivo de plantas caucheras a finales del XIX, marcaron la tónica de los asentamientos en la región.
Dado que los ríos constituían un medio natural para introducirse en las selvas, los pobladores se establecían en sus orillas, formando aldeas y pueblos.
LOCOMOCIÓN FLUVIAL
La mayor cuenca fluvial del mundo es la amazónica, con casi 6.000.000 de kilómetros cuadrados de superficie supera ampliamente a la de Europa. Junto con sus 1.100 afluentes y otras corrientes menores, el Amazonas constituye una compleja red comunicacional que contiene dos tercios de toda el agua dulce del planeta con más de 25.000 kilómetros navegables.
Lo surcan naves de todos los tamaños, entre ellas transatlánticos que viajan contra corriente 1.500 kilómetros hasta Manaos. Cerca de esta capital, el tránsito fluvial es muy intenso, pues su puerto es el más importante de la Amazonia. Allí se reciben mercancías de una amplia zona, la cual abarca regiones de: Bolivia, Colombia y Perú.
Algunas embarcaciones de carga y pasajeros alcanzan localidades tan remotas como la ciudad peruana de Iquitos, a 3.700 kilómetros de su desembocadura. Buena parte de las riquezas de la Amazonia se exportan a otros lugares del mundo por esa gran corriente fluvial, y los productos extranjeros se reciben por la misma vía.
El río Madeira, el más largo de los afluentes, con sus 3.000 kilómetros de longitud, también sostiene una gran actividad comercial.
FORMA DE VIDA
Los habitantes son muy hospitalarios y siempre saludan alegremente a los extraños. Como generalmente viven en las riberas, para soportar las crecidas, las viviendas de la orilla suelen construirse sobre pilotes, y algunas casas son flotantes. No es raro ver pequeñas canoas acercándose a embarcaciones más grandes para comprar y vender o para pedir que las remolquen.
Los productos locales, realizados con palmeras, harina de mandioca, frutos secos, pescado o cangrejos de agua dulce, componen el cotidiano movimiento económico del lugar. Se calcula que el Amazonas alberga cerca de dos mil especies de peces, muchas más que cualquier otro sistema fluvial del mundo.
Entre las criaturas acuáticas destacamos el manatí, mamífero herbívoro casi extinto. Su captura es muy codiciada, pues sólo un ejemplar mediano, que como promedio mide
2,5 metros de largo y pesa 350 kilos, puede proporcionar hasta 100 litros de aceite.
Realmente el río Amazonas es un verdadero espectáculo viviente.