Las hormigas constituyen una inmensa familia de insectos, integrada por aproximadamente 10.000 especies
Una gran comunidad
Las hormigas constituyen una inmensa familia de insectos, integrada por aproximadamente 10.000 especies que pertenecen al mismo orden que las abejas y las avispas, pues también las hormigas viven en colonias organizadas.
Anatomía de una hormiga
El cuerpo de la hormiga está formado por cabeza, tórax y abdomen; éste está articulado con el tórax por un pedicelo abdominal o pedúnculo.
A pesar de la gran diversidad de tamaños de las hormigas, hay dos elementos que las hacen inconfundibles: las antenas acodadas y la cintura estrecha, con una o dos protuberancias bien marcadas. Las hembras de numerosas especies están provistas de aguijón para defenderse, y las que carecen de él tienen, en cambio, sustancias ácidas para arrojar al atacante. El macho carece de aguijón, tal como sucede con las abejas y avispas.
El cuerpo de la hormiga posee tres sistemas orgánicos: un corazón alargado, en forma de tubo; un cordón nervioso que termina en el cerebro; y un sistema digestivo que incluye un estómago y un buche.
Las reinas nacen con alas que pierden después de aparearse y son más grandes que las otras hormigas; las obreras son más pequeñas y no tienen alas; los machos, por su parte, son pequeños y tienen alas que conservan durante toda su vida. Mueren después del apareamiento.
La hembra, una vez fecundada, se convierte en reina de la colonia y su principal función consiste en poner huevos.
Las trabajadoras recogen alimentos, cuidan de los jóvenes y defienden la colonia.
Los nidos
Son de interesante diseño y consisten en cámaras y galerías excavadas bajo piedras o en troncos; algunas especies construyen sus hormigueros en montículos de tierra y materia vegetal o en troncos de árbol en descomposición.
Desarrollo
Las hormigas obreras transportan a las larvas bajo su cuerpo durante el viaje a un nuevo lugar o asentamiento temporal.
Tras la fase larvaria, experimentan una fase de pupa antes de la metamorfosis final a hormigas adultas.
Las cuatro fases vitales de una hormiga son: huevo, larva, pupa y adulto.
Al cabo de dos a seis semanas de puestos los huevos, blancos o amarillentos, nacen las larvas. Se alimentan durante un período de unas pocas semanas a varios meses, luego se convierten en pupas, habitual pero incorrectamente llamadas huevos de hormiga. En algunas especies las pupas quedan desnudas y, en otras, cubiertas por capullos hechos de una sustancia que secretan al final de la fase larvaria. Una vez finalizada la fase de pupa, durante la cual el animal no come nada, aparece el adulto.
Las trabajadoras adultas son las encargadas de alimentar y atender a las hormigas inmaduras durante su desarrollo.
Alimentación
Las hormigas melíferas cuidan de sus pulgones y los ordeñan para obtener sus secreciones dulces. Los protegen, e incluso llegan a mudarlos a refugios provisionales o nuevos hormigueros si están en peligro.
La mayoría de las hormigas son omnívoras; no obstante, algunas especies comen sólo ciertos alimentos especiales. La mayoría de ellas construyen algún tipo de nido u hormiguero donde almacenan alimentos. Unas cuantas especies han desarrollado hábitos agrícolas o de pastoreo muy especializados.
Algunas hormigas permanecen inmóviles en el hormiguero, regurgitando pequeñas gotas de alimento para alimentar a otros miembros de la colonia.
Muchas hormigas practican la trofalaxia, que implica formas complejas de alimentación recíproca y el intercambio de estímulos químicos.
Al alimentar a las larvas, las hormigas trabajadoras obtienen una secreción salivar de la superficie corporal de éstas, que las trabajadoras devoran con avidez.
Actividades
Las colonias de hormigas suelen establecer un hormiguero o nido y sus actividades se caracterizan por cierto grado de división del trabajo que, en algunos casos, supone una diferenciación funcional permanente entre miembros de la colonia. Lo más frecuente es que la división del trabajo sea relativa, como ocurre en la mayoría de las especies de hormigas carpintero. Las trabajadoras de mayor tamaño se ocupan sobre todo de la defensa, las de tamaño mediano de la recogida de alimentos y las más pequeñas del cuidado de las larvas, pero todas las castas son capaces de desempeñar cualquier tipo de actividad.
En muchas especies las trabajadoras pueden especializarse temporalmente en la búsqueda de comida o la atención de las crías.
Como todos los insectos sociales en general, las hormigas son laboriosas, aunque la actividad de sus colonias es de gran intensidad a ciertas horas del día y de letargo en otras. En la zona templada, la actividad varía además según las estaciones, pasando de un gran nivel en verano al estado de latencia en invierno. Entre las trabajadoras de ciertas especies existen diferencias individuales permanentes; algunas son activas mientras que otras se muestran lentas y pesadas.
Algunas hormigas realizan laberintos muy complejos y, suelen emplear esta habilidad para establecer rutas individuales de recolección desde el nido.
La compleja organización de las hormigas, que tanto sorprende al hombre, no es más que una serie de estímulos y respuestas sencillas.
Al hacer expediciones en busca de alimentos, algunas hormigas, incluso la hormiga devastadora africana, actúan formando columnas que siguen rastros químicos; otras emplean otro tipo de estímulos, por ejemplo, la dirección y el plano de polarización de la luz.
Muchas hormigas viven exclusivamente en galerías subterráneas, muchas otras son sólo arborícolas, pero normalmente las especies viven tanto en la superficie como bajo tierra.
La comunicación
La comunicación entre hormigas se realiza sobre todo por medios táctiles y químicos, es muy eficaz, aunque algunas especies emplean mecanismos vibratorios e incluso auditivos. Casi siempre una hormiga ‘exploradora’ alerta a la colonia y la dirección en que se lanzan sus excitadas compañeras de hormiguero puede verse afectada por uno u otro medio, dependiendo de la especie. Liberan un reguero de secreciones químicas hasta el alimento; de esta forma, la excitación de la exploradora es más considerable cuanto mayor sea la concentración de alimento descubierto y, por consiguiente, mayor es el número de compañeras que se ven estimuladas a seguirla.
En los hormigueros de muchas especies viven diversos escarabajos y otros insectos llamados mirmecófilos, o amantes de las hormigas, como residentes fijos; entre estos insectos hay desde parásitos hasta especies beneficiosas. Muchas hormigas se instalan en las colonias de otras especies de hormigas y viven como parásitos sociales temporales o permanentes. La hormiga amazona invade a otras hormigas y se lleva a su hormiguero parte de las crías no devoradas, que al madurar serán esclavas y realizarán todo el trabajo de la colonia, incluyendo la excavación y el cuidado de las crías.
Plagas de hormigas
– Hormiga de fuego negra, es un insecto mordedor pequeño que se introdujo accidentalmente desde Sudamérica. Los grandes montículos que forman los hormigueros de esta plaga dificultan el cultivo mecanizado y dañan las cosechas.
– La hormiga negra, vive en las praderas, jardines y paredes de las casas, a veces provocan una verdadera invasión en los hogares al llegar la primavera.
– La hormiga bulldog, indígena de Australia, mide 2,5 cm de longitud. Tiene un potente aguijón y construye montículos de considerable altura.
– La más conocida de las hormigas devastadoras americanas es una especie tropical, cuyas trabajadoras tienen enormes mandíbulas y una potente picadura. Es típica de Venezuela y de las Guayanas, semejante a las guerreras o viajeras de Europa.
