El libro es un conjunto de varias páginas de papel, papiro u otra materia que recoge el texto de una obra cualquiera con objeto de difundirlo
EL LIBRO CON NOSOTROS
Del latín liber, corteza de árbol, el libro es un conjunto de varias páginas de papel, papiro u otra materia que recoge el texto de una obra cualquiera con objeto de difundirlo, unidas entre sí y que contiene textos, ilustraciones o música.
Contrariamente a los monumentos en los que aparecen textos esculpidos, los libros se pueden transportar fácilmente y, a diferencia de los diarios personales, que pueden tener forma de libro, estos últimos se hacen para ser divulgados al público.
Un libro, para ser considerado como tal, debe tener un cierto número de páginas y debe ser una unidad independiente para distinguirse de las publicaciones periódicas. La palabra libro se aplica, por extensión, a los rollos utilizados en la antigüedad y, con ella se denomina también a ciertos conjuntos de obras, como el Libro de los muertos egipcio o a las divisiones internas de una obra, de modo que se puede hablar de los distintos libros de la Biblia o de los libros que conforman la Eneida de Virgilio.
Los libros, como objetos portátiles y relativamente duraderos, han ayudado a preservar y difundir el conocimiento y los sentimientos de sus autores a través de vastas extensiones de espacio y tiempo, hasta el punto que se puede decir con toda razón que la civilización actual no habría sido posible sin su existencia.
Los libros de texto
Estos libros son realizados para el aprendizaje y difusión del saber. Por su carácter de divulgación, son reflejo fiel de las teorías pedagógicas y de la orientación política de cada momento.
En la actualidad la literatura escolar se ve enriquecida con manuales y monografías que responden a las exigencias de la escuela activa, con ejercicios que permiten el desarrollo de la iniciativa personal dentro de una orientación sistemática.
Sin embargo, la literatura escolar va dando paso cada vez más a prisa a la enseñanza por medios audiovisuales.
El libro en el siglo XX
El siglo XX se caracteriza por el incremento creciente de la producción de libros, debido a la industrialización. Es característica del siglo la aparición de colecciones populares, de gran tirada y bajo precio.
La difusión del libro se ve favorecida además por la venta a plazos y por el sistema de entregas periódicas, puesta a la venta en kioscos.
El público contemporáneo suele preferir los libros regalo y los de carácter artístico, de tipografía elegante, fotografías y reproducciones costosas y lujosas encuadernaciones.
Entre estos dos extremos se sitúan los libros especializados de carácter científico, las obras clásicas en lengua original o ediciones críticas y también las obras de carácter literario.
El libro a través de la historia
Los primeros libros consistían en planchas de barro que contenían caracteres o dibujos incididos con un punzón.
Los primeros en utilizarlos fueron los pueblos de Mesopotamia, entre ellos los sumerios y los babilonios.
Más parecidos a los libros actuales eran los rollos egipcios, griegos y romanos, compuestos por largas tiras de papiro enrolladas alrededor de un palo de madera. Atenas, Alejandría y Roma eran grandes centros de producción de libros, y los exportaban a todo el mundo conocido en la antigüedad.
El copiado a mano era lento y costoso, por lo que su posesión se limitaba sólo a los templos y algunas personas ricas o poderosas; la mayor parte de los conocimientos se transmitían oralmente, por medio de la repetición y la memorización.
Los primitivos rollos fueron sustituidos por el códice, que en un principio era utilizado por los griegos y los romanos para registros contables o como libro escolar. El códice consistía en un cuadernillo de hojas rayadas hechas de madera cubierta de cera, de modo que se podía escribir sobre él con algo afilado y borrarlo después, si era necesario. Entre las tabletas de madera se insertaban, a veces, hojas adicionales de pergamino. Con el tiempo, fue aumentando la proporción de papiro o, posteriormente, pergamino, hasta que los libros pasaron a confeccionarse casi exclusivamente de estos materiales, plegados formando cuadernillos, que luego se reunían entre dos planchas de madera y se ataban con correas.
Los libros se fueron perfeccionando con el tiempo, pero fue con la invención de la imprenta que se multiplicó su difusión, hasta el punto de que el libro por antonomasia es el impreso; sin embargo la historia del libro ha de comprender también el extenso período del libro manuscrito.
Las culturas prehelénicas consideraron sagrado el arte de la escritura, que se reservaba a los sacerdotes, encargados de escribir sobre las leyes divinas, etc. Griegos y romanos encomendaron esta función a los esclavos, y nació con ello la producción de libros para satisfacer la curiosidad intelectual de determinadas personas o de pequeños círculos cultos.
La difusión pública de la creación literaria seguía un camino oral (teatro).
La forma más antigua de libro se remonta a unos 3.000 años a.C. y fue el rotulus (rollo o volumen) de papiro. Ordinariamente se usaba el rollo de 20 hojas, pero este número variaba según la extensión del texto que se debía editar.
Lectura
Procedimiento mediante el cual se reconocen y entienden palabras de un texto escrito o impreso. Para enseñar a leer se utilizan diversos métodos. Estos métodos se presentan casi exclusivamente para los niños que están en edad escolar y sólo para la lengua vernácula.
Existen dos orientaciones fundamentales: el aprendizaje que se refiere a las letras y sílabas, donde el signo se relaciona con el sonido, y el aprendizaje de palabras enteras o frases breves, en las que el signo y el sonido se relacionan con el significado. Este último método recibe el nombre de método global.
Este último se funda en el principio de que el niño retiene con facilidad la representación gráfica de una frase que expresa una idea completa, la cual se relaciona a su vez con otras ideas completas.
Esta concepción halló su confirmación y apoyo en las doctrinas psicológicas de Rousseau, de la escuela gestaltista y en los estudios de Claparede, Wallon y Piaget. Después de la percepción global y del análisis, sigue la síntesis, donde se unen las letras y las sílabas después de conocerse la función fónica.
Los problemas fundamentales relacionados con el método global son los que se refieren al paso de la fase de la percepción global a la del análisis y, por último, a la de síntesis. La didáctica de la lectura se halla también subordinada a la estructura de la lengua y ofrece menos dificultades en las que, como el castellano, la pronunciación y representación gráfica guardan entre sí una correspondencia sencilla y unívoca.
El libro debe tener para el niño el interés de poder encontrar en él lo que piensa de forma natural, lo que dice y lo que oye decir.
En esa etapa la lectura corresponde al lenguaje. Más adelante, el libro se adelanta al pensamiento del lector y su lectura permite ampliar formas verbales y de expresión, tanto de pensamiento como de sensibilidad. Es el momento de la lectura fluida y cómoda, instrumento de cultura y estímulo del espíritu, estos son objetivos que jamás debe olvidar el educador al cultivar el gusto por la lectura.