Los nuevos tratamientos son interminables. Un ejemplo de ello es la ingeniería genética
MEDICINA MODERNA
En el ámbito de la medicina, los investigadores cada vez alcanzan más altos logros basándose en la experiencia de eminentes especialistas antiguos. Muchos terapeutas del pasado son famosos, como Hipócrates y Pasteur, sin embargo otros, como Vesalio y William Morton, son desconocidos para muchos. ¿Cuáles fueron los aportes de estos hombres a la medicina moderna?
Bases de la medicina
Sin duda alguna, el mayor exponente de la antigüedad fue Hipócrates, a menudo llamado el padre de la medicina occidental. Hipócrates negó que la enfermedad se debiera a un castigo de Dios y sentó las bases de una ciencia fundada en la razón, afirmando que la enfermedad es un proceso natural.
Durante siglos se consideró a la epilepsia como sagrada, atribuyendo su cura sólo a los dioses. Sin embargo, él escribió: “Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás enfermedades, y de ahí se origina”. Hipócrates fue el primero en anotar los síntomas de varias dolencias para consultas futuras.
Cientos de años después, Galeno, médico griego nacido en el año 129 de nuestra era realizó nuevos descubrimientos científicos, de los cuales surgió un tratado de anatomía, para la realización de éste se basó en disecciones de animales y seres humanos que sirvieron de punto de referencia por siglos.
Andreas Vesalio, en su obra “Siete libros sobre la estructura del cuerpo humano”, contradijo muchas de las conclusiones de Galeno y estableció los fundamentos de laanatomía moderna, convirtiéndose así en una de las figuras universales más relevantes de la investigación médica de todos los tiempos.
También se refutaron las teorías galénicas sobre el corazón y la circulación de la sangre. Un médico inglés, William Harvey, se dedicó durante años a la disección de mamíferos
y aves; observando el funcionamiento de las válvulas cardíacas, calculó tanto el volumen sanguíneo ventricular como el circulante. En 1628, su obra titulada “Ensayo anatómico sobre el movimiento del corazón y de la sangre en los animales”, marcó un hito en la medicina (se había descubierto el aparato circulatorio), a pesar de las críticas, ataques e insultos de sus opositores.
La cirugía en manos de barberos
En la Edad Media, eran los barberos quienes desempeñaban la función de cirujanos. Hay quienes designan como el padre de la cirugía moderna a Ambroise Paré, un innovador barbero cirujano francés del siglo XVI que atendió a cuatro reyes de Francia. Este hombre fue quien inventó varios instrumentos quirúrgicos.
La incapacidad para disminuir el dolor en las intervenciones quirúrgicas era uno de los mayores problemas que afrontaban los cirujanos del siglo XIX. Este problema fue superado gracias al cirujano dental William Morton que generalizó el uso de los anestésicos en 1846.
El físico alemán Wilhelm Róntgen (en 1895), experimentando con la electricidad, vio que ciertos rayos atravesaban la carne, pero no los huesos. Les dio el nombre de rayos X, ya que desconocía su origen. Este nombre se usa aún hoy.
Hacia la conquista de la enfermedad
Muchas enfermedades infecciosas (viruela, tuberculosis, etc.), han ocasionado epidemias, terror y muerte durante siglos. A raíz de la primera descripción exacta de la viruela, realizada por el médico persa Ar Razi en el siglo IX, éste fue considerado el médico más importante del mundo islámico de su época. A pesar de ello, debieron pasar cientos de años hasta que el doctor británico Edward Jenner encontrara un tratamiento para curarla. Este médico notó que las personas se inmunizaban tras contraer la viruela bovina. Observando esto, en 1796 elaboró una vacuna contra la viruela a partir de pústulas de vacas infectadas. Claro que también fue objeto de críticas y oposición, pero con su vacuna erradicó la enfermedad y dio a la medicina una poderosa herramienta.
El francés Louis Pasteur empleó vacunas para luchar contra la rabia y el ántrax y demostró asimismo que los gérmenes son un factor determinante en el origen de las infecciones.
En 1882, Robert Koch aisló el bacilo causante de la tuberculosis, (”la mayor asesina del siglo XIX”). Un año después, Koch hizo lo propio con la bacteria del cólera. Los trabajos de Pasteur y de Koch fueron el preludio de la microbiología y abrieron el camino a los avances en el campo de la inmunología, la sanidad y la higiene, los cuales han contribuido a prolongar la esperanza de vida de la raza humana más que cualquier otro adelanto científico en los últimos mil años.
La medicina del siglo XX
A principios del siglo XX, la medicina se basaba en los estudios de estos y otros terapeutas brillantes. Los adelantos científicos, desde entonces, han avanzado con rapidez: insulina para la diabetes, quimioterapia contra el cáncer, tratamientos hormonales para regular los trastornos glandulares, antibióticos para combatir las infecciones, cloroquina contra algunos tipos de paludismo y diálisis para las afecciones renales, además de operaciones a corazón abierto y trasplantes de órganos, por nombrar sólo unos pocos.
Los antibióticos pierden su efectividad ya que cada vez más bacterias son resistentes a por lo menos un medicamento. El asunto es que no sólo resurgen antiguas dolencias, sino que también han aparecido otras nuevas, corno el SIDA. Hasta la fecha no existe tratamiento para la causa de muchas de las enfermedades conocidas.
La terapia genética ¿una solución?
Los nuevos tratamientos son interminables. Un ejemplo de ello es la ingeniería genética que, para muchos, es tal vez la clave para la buena salud.
En la década de 1990, investigaciones realizadas por varios científicos, entre ellos el doctor W. French Anderson, revelaron que la terapia genética era el campo de mayor interés de la medicina de vanguardia. La medicina estaba a punto de conseguir una gran conquista, sobre todo en relación con el tratamiento de enfermedades hasta ahora incurables.
Se espera poder curar males congénitos inyectando genes correctivos en los pacientes e incluso causar la autodestrucción de células malignas, como las del cáncer.
Los estudios genéticos para conocer la predisposición individual a ciertos males ya son una realidad. Se cree que el próximo avance consistirá en adaptar los fármacos a la composición genética del enfermo.
Se espera que los doctores puedan diagnosticar las afecciones de sus pacientes y administrarles los fragmentos idóneos de ADN para sanarlos.
Pero no todos son partidarios de que se analice su composición genética, y también se teme que sea peligroso interferir en los procesos naturales.
Ética médica
Capítulo aparte merece la interrupción del embarazo (el aborto) cuando el feto presenta alguna anomalía congénita o en alguna otra circunstancia aceptada por las leyes de cada país. La mayor capacidad para detectar estas anomalías ha dado opción a los padres de tener sólo hijos no afectados. Algunos especialistas en ética postulan que la interrupción de los embarazos por la presencia de una anomalía congénita es un atentado contra la vida humana.
Embarazo y parto
En la amniocentesis, un procedimiento técnico que, cuando procede, se lleva a cabo durante el cuarto mes del embarazo, se extraen unos 28 ml del líquido amniótico que rodea al feto. El examen de las células fetales contenidas en la muestra puede proporcionar información útil respecto de posibles anomalías en el desarrollo.
Se han realizado grandes avances en el control de la natalidad gracias a la mejora de los dispositivos intrauterinos, en la década de 1950, y al desarrollo de los anticonceptivos orales, en 1960, por el biólogo estadounidense Gregory Pincus. Los médicos se dieron cuenta de que estos métodos no eran completamente seguros, y se ha persistido en la búsqueda de mejores anticonceptivos.
