En la vida, muchos sucesos tienen un efecto importante y duradero. Se entiende claramente que el nacimiento de una criatura...
EL PAPEL DE LOS PADRES
En la vida, muchos sucesos tienen un efecto importante y duradero. Se entiende claramente que el nacimiento de una criatura está entre esta clase de sucesos. Después de eso, la vida nunca será igual para la pareja.
La nueva personalidad que habrá en el hogar, aunque sea muy pequeña, se hará sentir con una voz y una presencia que no podrán ser pasadas por alto.
Para los padres, la vida debería hacerse más significativa y feliz.
Pero están ante un desafío y, para obtener los más excelentes resultados, es necesario que ambos padres hagan frente a éste. Ambos fueron necesarios para producir a la criatura, y ambos han de desempeñar un papel vital en el desarrollo de su bebé desde el nacimiento en adelante. El entendimiento del papel que cada uno de los padres debe desempeñar y cómo pueden estar en armonía estos papeles debería contribuir mucho a que su bebé reciba lo que necesita, de modo que haya buenos resultados.
Se necesita equilibrio. Aunque la mente se esfuerza por ser razonable, muchas veces las emociones empujan hacia el desequilibrio. Es deseable que el padre ejerza la jefatura que, como cabeza del hogar, tiene; pero, si se extralimita en ello, se hace dominador.
Es bueno que la madre participe en la educación y disciplina de los hijos, pero si asume estos deberes a tal punto que el padre quede excluido, socava la estructura de la familia.
El papel crítico de la madre
La criatura recién nacida depende totalmente de su madre para sus necesidades inmediatas. Si ella, amorosamente, responde a estas necesidades, el bebé se siente seguro. Es necesario alimentarlo bien y mantenerlo limpio y caliente; pero no basta con suplir las necesidades físicas. Las necesidades emocionales tienen igual importancia. Si por un tiempo se le priva de lo que necesita emocionalmente, el individuo puede quedar mal desarrollado en sentido emocional para el resto de su vida. El cerebro del infante está muy activo y se promueve el desarrollo mental cuando se estimulan sus sentidos del tacto, el oído, la vista y el olfato.
Cuando el infante mama, percibe el calor y el olor de la piel de la madre. No sólo oye su voz mientras ella le habla o canta, sino también el latido de su corazón, un sonido que oía cuando estaba en la matriz.
Para el desarrollo emocional del bebé es de vital importancia que se le ame. Empiezan a aprender que hay felicidad en dar amor, así como en recibirlo. La evidencia muestra que si no se establece un estrecho amor con la madre al principio, más tarde se le puede hacer muy difícil a la criatura establecer apegos y compromisos profundos con otras personas.
Las familias sin padres
El problema social de mayor trascendencia en la actualidad es la ausencia física del padre en el hogar. Para los niños representa una tragedia personal que la figura paterna desaparezca de su vida. Dicha situación provoca un círculo vicioso de dolor y perjuicios que puede tener consecuencias de largo alcance.
La crisis de las familias sin padre se originó con la revolución industrial. Atraídos por los empleos de las fábricas, los hombres empezaron a alejarse del hogar, con lo que la influencia del padre en la familia comenzó a menguar y la madre empezó a asumir mayor responsabilidad en la crianza de los hijos. Aun así, la mayoría de los padres permanecieron junto a su familia. No obstante, a mediados de la década de los sesenta, las barreras religiosas, económicas y sociales que detenían el divorcio se vinieron abajo.
El fracaso de la custodia compartida
Cuando se comparte la custodia, la pareja divorciada necesita muchísima cooperación y confianza, cualidades que frecuentemente escasean. Generalmente el padre deja de ver a sus hijos porque no quiere tener ningún contacto con su anterior esposa, y muchas mujeres adoptan la misma postura respecto del ex esposo. Muchos hombres divorciados visitan con regularidad a sus hijos, pero puesto que ya no forman parte de su vida diaria, para algunos es difícil comportarse como padres cuando están con ellos y prefieren dedicar prácticamente todo el tiempo que pasan en su compañía a la recreación o a ir de compras. Cuando se cambia el papel de padre por el de un compañero de juegos o de visitante, la relación está condenada al fracaso.
Padres solteros
El aumento en la cantidad de niños sin padre se debe principalmente a las cifras récord de nacimientos ilegítimos. El embarazo entre adolescentes es un problema mundial, y los programas que enseñan a usar anticonceptivos o que predican la abstinencia apenas han cambiado el comportamiento sexual de los adolescentes.
Debido a las actitudes más liberales en materia de sexualidad y embarazo prematrimonial, el embarazo fuera del matrimonio ya no es tan vergonzoso y humillante como antes de la década de los sesenta. Además, a los jóvenes de ahora se les bombardea constantemente con asuntos sexuales a través de la publicidad, la música, las películas y la televisión, sin mostrarles las verdaderas consecuencias del comportamiento sexual impulsivo e irresponsable. Es raro que los adolescentes que se convierten en padres asuman su responsabilidad por mucho tiempo. En la mayoría de los casos, el padre joven expresa su deseo intenso de mantener una relación estrecha con sus hijos. No obstante, las visitas disminuyen conforme crecen los niños. Pocos jóvenes tienen la madurez emocional o el conocimiento necesarios para afrontar las exigencias de la paternidad. De igual modo, pocos cuentan con la educación o la experiencia laboral que se requieren para ganarse el sustento. Así que, ante el temor de sufrir un fracaso humillante, muchos jóvenes sencillamente se desentienden de sus hijos.
Los peligros de crecer sin padres
Aunque algunos expertos afirman que los niños se recuperan rápidamente después del divorcio de los padres, otros han descubierto que sufren heridas emocionales que tardan mucho en sanar. Más de la tercera parte de los hombres y mujeres jóvenes entre las edades de 19 y 29 años tienen pocas ambiciones, o ninguna, diez años después del divorcio de sus padres. Se observa falta de amor propio, depresión, comportamiento delictivo e ira persistente entre muchos niños de padres divorciados. Los muchachos que se crían sin una fuerte influencia masculina en su vida reflejan inseguridad respecto de su identidad sexual, además de falta de amor propio y, cuando crecen, tienen problemas para establecer lazos íntimos. Las niñas, por carecer de modelos de conducta masculinos, encuentran dificultad para establecer buenas relaciones de pareja.
Madres que fuman
Una cantidad creciente de estudios científicos demuestran que una madre que fuma con regularidad puede causar daño físico y mental perdurable a su bebé.
Los bebés que han sido objeto de tal abuso quizás sufran durante toda la vida las consecuencias del hábito de fumar de su madre: además de problemas físicos, pueden padecer problemas de personalidad, deterioro de la facultad de leer, hiperactividad y atraso mental. Los hijos de padres fumadores contraen más enfermedades respiratorias que los de no fumadores, lo cual incluye un aumento en la frecuencia de bronquitis y neumonías en los primeros años de vida.
Padres con SIDA
Al menos 10 millones 400 mil niños menores de 15 años quedaron huérfanos en el 2001 al perder a uno o a sus dos progenitores a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), según reportes del UNICEF.
Los jóvenes son los más vulnerables a infectarse con el virus debido a que la mayoría no conoce la magnitud de los riesgos ni las formas de protegerse.
