En el verano de 1997, micrófonos submarinos (hidrófonos), en Estados Unidos, detectaron un llamativo sonido. Durante un minuto, su frecuencia aumentó rápidamente y, después, desapareció. Los hidrófonos volvieron a grabar el mismo sonido día tras día durante todo el verano. “The Bloop” nunca más volvió a oírse desde entonces y su origen sigue siendo un misterio. Otros sonidos extraños han sido grabados en el océano, como el famoso “Slowdown”, en mayo de 1997, que duró 7 minutos, surgió de la costa oeste de Sudamérica y pudo escucharse a más de 2 mil kilómetros.