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Célula

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Esta unidad básica de repente se convierte en dos, luego en cuatro, en ocho y así sucesivamente.

La maravillosa célula

Nuestra existencia comienza siendo una estructura tan pequeña que en el punto final de esta frase cabrían unas quinientas de ellas. Esta unidad básica de repente se convierte en dos, luego en cuatro, en ocho y así sucesivamente. Sin duda, la unidad a la que nos estamos refiriendo es la maravillosa célula, la unidad fundamental de todos los organismos vivos.

Cada célula es una estructura sumamente organizada que es responsable de la forma y función de un organismo. ¿Cuántas células componen un ser humano? ¡Cien billones (100.000.000.000.000)!

Durante su multiplicación inicial, las células van diferenciándose en musculares, nerviosas, cutáneas, etc. Más tarde se agrupan y forman tejidos donde, por ejemplo, un conjunto de células especializadas produce tejido muscular.

Posteriormente, diferentes tejidos forman los órganos (como el corazón, los pulmones o los ojos) para constituir, finalmente, nuestro cuerpo todo.
Sus formas son muy variadas: rectangulares, cuadradas, redondas, ovaladas o amorfas como la ameba. Por lo general, la forma es indicativa de la función y así, por ejemplo, las células musculares que se contraen al realizar su labor, son largas y delgadas, mientras que las células nerviosas, que llevan mensajes, poseen ramificaciones alargadas.

Al núcleo lo rodea una membrana doble que se comunica con el citoplasma a través de unos orificios llamados poros nucleares. En su interior encontramos el nucléolo, una región especial donde se elaboran partículas con ARN y proteína que van al citoplasma a través de dichos poros y luego se transforman en ribosomas, que luego se encargan de transformar aminoácidos en proteínas.
Es decir que el núcleo es como un Centro de control infinitamente pequeño y con una perfección en su funcionamiento aún no alcanzada por los inventos humanos. Rodeando el núcleo se encuentra el citoplasma (sustancia gelatinosa compuesta mayoritariamente por agua) en el que se hallan diversos corpúsculos con funciones muy específicas:
– Mitocondrias, que son las encargadas de producir la energía (obtenida en la últimas etapas de descomposición de las sustancias alimenticias) que la célula necesita para multiplicarse y crecer.
– Centríolo, fundamental para la reproducción celular.
– Lisosoma, que almacena enzimas y digiere las moléculas indeseables.
– Vacuola, que almacena sales, agua, proteínas y carbohidratos.
– Retículo endoplasmático, es el que desarrolla complejas tareas como la de almacenar y transportar las proteínas elaboradas por los ribosomas y, como la de procesar los componentes de la membrana celular y los desechos que expulsará la célula.

– Aparato de Golgi, lugar en el que se almacenan y distribuyen las proteínas elaboradas en el retículo endoplasmático. Tiene una curiosa forma compuesta por sacos membranosos.
Conteniendo toda la estructura celular está la membrana plasmática que envuelve y protege la célula. Esta membrana es extremadamente compleja y está compuesta de moléculas de proteína, azúcar y grasa. Es la que controla todo lo que entra y sale de la célula, es decir, la controladora del metabolismo.


PROCARIOTAS Y EUCARIOTAS
Existen dos tipos fundamentales de células, las “procariotas” (que en griego significa “antes del núcleo”) y las “eucariotas” (“núcleo verdadero”, en griego). La diferencia entre ambas es que las primeras son más pequeñas y no tienen núcleo (ejemplo: bacterias), en cambio, las segundas tienen un órgano esférico llamado núcleo, donde se alojan 46 “hilos” de cromosomas, formados por ADN (ácido desoxirribonucleico) y proteínas.

Las células eucariotas son de las que estamos constituidos los humanos y todos los demás seres vivos. Básicamente, podríamos definir cada célula como un universo vivo de… ¡doscientos billones de moléculas de proteínas! donde la mayoría de éstas se componen de complejas cadenas informativas de aminoácidos. Las proteínas participan en muchas tareas de importancia: integran la membrana celular, colaboran en llevar el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo, convierten las proteínas de la alimentación en aminoácidos, etc.

El ADN es una larga cadena espiralada que contiene a los genes. Éstos son los que han definido nuestro tipo de sangre, la textura del cabello, el color de los ojos, etc. Estos genes procesan todas las instrucciones para hacer funcionar la célula. Los genes comandan la elaboración de moléculas de proteínas y ARN (ácido ribonucleico) que son indispensables para la reproducción celular y el traspaso de información genética de una generación de células a otra.

Una maravillosa “máquina” con un “centro de información” que ni el más audaz de los científicos, hasta hoy, sueña con poder igualar.

20 de mayo del 2017
Categoría: Enciclotin
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