Anita Lucía Valdés Nadin es la ganadora de esta convocatoria de Revista Tintero, que este año registró una numerosa cantidad de participantes.
Se entregaron los premios del Concurso “Contá un Cuento con Tintero” 2023, 15ª Edición a los ganadores y menciones especiales, cuyas producciones serán publicadas en Revista Tintero en enero y febrero de 2024. La ganadora fue Anita Lucía Valdés Nadin y las menciones especiales recayeron en María Candelaria Giaccaglia y Naomi Beutel Grunblatt, quienes fueron premiadas con libros y material didáctico.
Anita Lucía Valdés Nadin, ganadora del Concurso “Contá un cuento con Tintero” 2023, 15ª Edición.
María Candelaria Giaccaglia, Mención Especial del Jurado.
Naomi Beutel Grunblatt, Mención Especial del Jurado.
Integraron el Jurado Silvina Juri, directora de Edelij, Espacio de Literatura Infantil y Juvenil, Alejandro Frías, periodista y escritor y Alejandro Cobo, responsable de Medios en la Educación y editor de Revista Tintero, de Los Andes.
Las ganadoras junto a sus familias y a Silvina Juri y Alejandro Cobo, jurados del concurso.
¡Felicitaciones y muchas gracias por participar!
El texto ganador
Una carta misteriosa
Anita Lucía Valdés Nadin
El pasado viernes encontré una carta por debajo de la puerta de casa. Ésta estaba escrita en una hoja blanca común en letras mayúsculas, desprolijas y poco legibles en lapicera azul y, tampoco, estaba dentro de un sobre. Sin embargo, el remitente parecía muy preocupado, dado que me preguntaba por su gato. En ese momento no le presté demasiada atención y continué con mis tareas pero, al cabo de unos días, recordé la carta y la busqué para releerla y tratar de identificar a la persona que la envió. Sus líneas decían algo así:
… ”Estimada vecina. Caminando por el vecindario noté la presencia de tres gatos atigrados sobre su techo y me llamó la atención, porque mi gato Quique está perdido desde hace unos siete días. Estoy muy preocupada porque está muy enfermo y en tratamiento por sus dolencias renales y, sin su medicación, su salud se deteriorará. Por favor cuando reciba este mensaje, llame al número 522-….”
Lamentablemente, el resto del número de teléfono y nombre de la persona se encontraban borrosos, ya que el papel se había mojado. Sólo tenía como datos el tipo de animal, su nombre y alguien que lo buscaba.
Conmovida, puesto que yo tenía dos gatos con las mismas características, Lola y Lucho, salí por el vecindario a preguntar por este animalito y su dueña, imaginando que una persona pudiera estar muy triste y en busca de su pequeña mascota. Mis vecinos no habían visto un animal así y tampoco conocían quién pudiera estarlo buscando. Continué la búsqueda hasta que, de repente, llegué a la casa de una joven que un año atrás había cuidado de una anciana que tenía un gato atigrado llamado Quique. La joven añadió que el gato había desaparecido y, por largo tiempo, lo habían buscado hasta que la anciana falleció, llevándose con ella una enorme tristeza.
No fue sorpresa para ella que otro vecino acudiera con la misma inquietud. En muchas otras ocasiones habían preguntado por un gato llamado Quique, al que buscaban luego de haber recibido una carta muy parecida. En ese momento quedé desconcertada y pensé que la carta recibida se trataba de una muy bien elaborada broma pero, cuando regresé a mi casa, mis gatos Lola y Lucho, a quienes había dejado en el patio antes de salir por el vecindario, no estaban. No era frecuente que Lola y Lucho salieran de la casa.
Transcurrieron unos días que, luego, se hicieron semanas y meses y los gatos no aparecían. Pregunté por el vecindario y nadie los había visto, como si hubieran, simplemente, desaparecido. Una noche escuché maullidos y salí velozmente al patio… Ante mi sorpresa, observé tres gatos atigrados sobre el techo. Lola y Lucho eran dos de ellos. Me miraron y se desvanecieron en medio de la oscuridad. Nunca más los volví a ver y tampoco volví a recibir una carta igual.