Era el nombre de los monarcas egipcios entre los años 3050 y 30 antes de Cristo. Proviene de un antiguo vocablo egipcio, per-aa, que significaba “casa grande”, formado por per (casa) y aa (grande). Inicialmente, este era el nombre del palacio real. Más tarde, per-aa designaba la residencia real y, luego, a la autoridad misma. Entre los egipcios era una palabra empleada por el pueblo y no por las autoridades, y sólo surgió bajo el reinado de Amenhotep III, en la primera mitad del siglo XIV antes de Cristo. El término fue tomado por los hebreos con la forma paroh y por el griego como paraoh, hasta llegar al latín pharaon, -onis (también paraoh). Al español llegó como faraón.