El cabello que forma la cola de una jirafa es aproximadamente 10 veces más grueso que el mechón promedio de un cabello humano. Los puntos distintivos que cubren su pelaje actúan como un excelente camuflaje para protegerla de los depredadores. Cuando se encuentra situada frente a árboles y arbustos, el color claro y oscuro de su pelaje se mezcla con las sombras y la luz del sol para distraerlos. Su único momento de debilidad es cuando beben, pues no pueden vigilar quién se les acerca y son más vulnerables a los ataques.