Es el monumento más famoso de Paris y símbolo de la capital francesa.
Se construyó para la Exposición Mundial de 1889, que coincidió con la conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Tiene 300 metros de altura y pesa 10 mil toneladas. Además de los ascensores que llevan a sus tres diferentes pisos, se puede subir por sus 1665 escalones que recorren su interior. Para pintarlas, son necesarias 50 toneladas de pintura que se renuevan cada cinco años. Recibe siete millones de visitantes al año.