También conocidas como nubes mesosféricas polares, se encuentran en las capas más altas de la atmósfera y son visibles al final del crepúsculo. Están compuestas de cristales de agua helada y solo se forman bajo condiciones muy precisas. Su presencia puede ser una pista de los cambios que ocurren en las capas altas de la atmósfera. Se piensa que su incremento, en este último tiempo, está relacionado con el cambio climático.