El concepto de las tres R (reducir, reutilizar, reciclar) disminuye nuestro impacto ambiental. Reutilizar aquello que se pueda implica que menos cosas útiles irán a parar a la basura, llenando vertederos y rellenos sanitarios de objetos que pueden ser usados. Reciclar los elementos que sea posible implica que objetos de plástico o vidrio, por ejemplo, podrán volver a ser usados sin tener que fabricarse nuevamente.