Hace más de 4 mil años el helado era elaborado y consumido por los chinos. Esto se sabe por una receta encontrada que explicaba cómo elaborar una masa de leche y otros ingredientes indicando también que, puesto que se tenía que solidificar antes de consumir, debía ponerse dentro de la nieve. Durante mucho tiempo se creyó que Alejandro Magno lo había inventado, ya que era sabido que mandaba a sus soldados a buscar hielo que, luego, mezclaba con hierbas aromáticas u otros ingredientes como zumos de fruta o miel. Sin embargo, Alejandro simplemente había tenido la oportunidad de probar el helado en un viaje por Asia y quedó tan entusiasmado que se llevó la receta al continente europeo. A mediados del siglo XVII, un italiano conocido como Procopio inventó una máquina con la que, mezclando ingredientes como frutas, hielo y azúcar, conseguía un helado de textura cremosa. El inventor abrió una heladería en París, “Café Procope”, desde donde los helados se difundieron en muy poco tiempo.