Tanto frescos como secos, es una importante fuente natural de energía. No contienen grasas, ni colesterol, ni sodio. Se encuentran en ellos abundantes fibras muy necesarias para disminuir problemas de origen cardíaco, gracias a su alto contenido de polifenoles, potasio, hierro y vitamina C. Están compuestos por 80 por ciento de agua y 12 por ciento de azúcar. Es ideal consumirlos maduros ya que son muy digestivos debido a que contienen una sustancia llamada cradina. En ellos se encuentran, también, ciertas cantidades de acido cítrico, pentonasa y ácidos málico y acético. También, vitaminas A, B1, B2, B3 y calcio.