Nuestro planeta cuenta con paisajes tan raros que parecen sacados de historias de ficción.
Playa Escondida (México)
Es un pequeño paraíso que se ubica en las Islas Marietas, en la Riviera Nayarit. Estas islas fueron declaradas Área Natural Protegida en 1997. La única forma de acceder es nadando por un túnel de cerca de 20 metros de longitud, ya que se encuentra rodeada de paredes rocosas que la separan del resto del paisaje.
Playa Roja (Panjin, China)
Durante la mayor parte del año, esta playa no tiene nada de especial pero todo cambia con la llegada del otoño. En esa época, las algas que habitan allí se vuelven de color rojo, tornando el paisaje en una alfombra del mismo color.
Campo de Piedra Pómez (Argentina)
Ubicado en la puna catamarqueña, este increíble paisaje parece un mar de rocas blancas con crestas rosadas rodeado de arenas negras que el viento ha tallado en las más diversas formas.
Cueva de Hielo Azul (Islandia)
Skaftafell es el segundo Parque Nacional más grande de Islandia, ya que su superficie es de, aproximadamente, 5 mil kilómetros cuadrados. Sus cuevas están debajo del glaciar Svínafellsjökull.
El Castillo de algodón (Turquía)
Pamukkale (que significa “castillo de algodón” en turco) es una gigantesca formación calcárea. El lento proceso natural, a lo largo de los siglos, fue formando espectaculares piletas naturales de aguas termales que fluyen de los manantiales.
Monte Roraima (América del Sur)
Es la montaña más alta del cordón de Pacaraima y forma parte del Parque Nacional Canaima, en Venezuela. Se extiende a ambos lados de la frontera entre Venezuela, Brasil y Guyana.