En Argentina, hace más de un siglo que coinciden estas celebraciones, una de ellas vinculada a Domingo Faustino Sarmiento.
El 21 de septiembre, además de la llegada de la Primavera, es el Día del Estudiante. Este último se eligió en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento ya que, ese mismo día, pero de 1888, llegaron sus restos a Buenos Aires, procedentes de Asunción.
Cuatro años después, en 1902, Salvador Debenedetti (18), por entonces presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, propuso que se lo homenajeara con una celebración.
La propuesta fue aceptada por las autoridades y aquellos primeros festejos consistían en actos estudiantiles en los que se remarcaba su legado. Con el paso del tiempo trascendió el ámbito académico y, hoy, es costumbre que todos los compañeros de la escuela se reúnan en un picnic para pasar el día en un espacio abierto.
¿Qué significa “Primavera”?
El nombre de esta estación se debe al “primer verdor”, momento del año en que comienzan a florecer las plantas y aparecen las primeras hojas en los árboles. La Primavera se caracteriza por un aumento gradual de las temperaturas y de las horas de luz.
Verano, Otoño, Invierno y Primavera son las estaciones del año que se producen porque nuestro planeta gira en torno del Sol, lo que hace que una parte siempre esté más cerca de él y, por lo tanto, reciba más calor. A este movimiento se le llama traslación. En las regiones ecuatoriales la Primavera es casi imperceptible ya que, en general, existen dos estaciones: una que es húmeda y, la otra, seca. Mientras, en las zonas árticas y antárticas es una estación muy efímera. Las zonas que más disfrutan de esta estación son los hemisferios Norte, durante los meses de marzo, abril y mayo y, el hemisferio Sur, en septiembre, octubre y noviembre.
Las alergias, presentes
Los estornudos, picazón nasal y de ojos, tos, dificultad para respirar y silbidos en el pecho también forman parte de la Primavera, ya que son muchas las personas que padecen un aumento de las alergias en estas épocas, causadas por el polen de las plantas y árboles.
Una estación inspiradora
Primavera, obra de Sandro Botticelli.
Primavera española, obra de José Manuel Merello.
Todo verdor
Mario Benedetti
Todo verdor perecerá
dijo la voz de la escritura
como siempre
implacable
pero también es cierto
que cualquier verdor nuevo
no podría existir
si no hubiera cumplido su ciclo
el verdor perecido
de ahí que nuestro verdor
esa conjunción un poco extraña
de tu primavera
y de mi otoño
seguramente repercute en otros
enseña a otros
ayuda a que otros
rescaten su verdor
por eso
aunque las escrituras
no lo digan
todo verdor
renacerá.
Pescando en primavera. Puente de Clichy, obra de Vincent Van Gogh.
Mariposas en Primavera, obra de Anikó Zsabó.
La Primavera, escultura de Mathurin Moreau en La Plata, Buenos Aires.
Atardeceres de neón y paisajes en tecnicolor, Grant Haffner.
Leyenda de la Primavera | Sumac, el príncipe inca
La Tierra vivía bajo el peso constante del invierno. Sucedió que un aguerrido príncipe inca llamado Sumac decidió luchar contra la naturaleza e invocar a Inti, el dios Sol, para recibir su calor.
Acompañado por hábiles expedicionarios, se dirigió a la cima de las montañas. Durante el peligroso trayecto, muchos de ellos quedaron atrás, pero Sumac no conocía ni el miedo ni el cansancio y siguió trepando por las cornisas estrechas y congeladas hasta llegar al pico más alto de la montaña.
Con los brazos extendidos invocó a Inti. Las nubes se deslizaron y permitieron que sus rayos despertaran los brotes de la tierra. La nieve derretida comenzó a caer por las laderas hasta llegar a los valles, y éstos, humedecidos, se llenaron de frutos.
Había nacido la Primavera. Desde entonces, aparece una vez por año entre los hombres para despertar a Inti de su sueño invernal.