Además de embellecer los paisajes y parques, los también llamados “pulmones del planeta” ayudan a nuestro suelo, a los animales, conservan el medioambiente y nos ofrecen oxígeno y frutos.
Suecia fue el primer país, en 1840 en celebrar este día, con el objetivo de tomar conciencia de la importancia que tienen los recursos forestales, del cuidado que se les debe brindar y la necesidad de introducir a los niños, desde temprana edad, en el conocimiento y la práctica de una tarea a largo plazo.
Años más tarde, muchos suecos emigraron a Estados Unidos y llevaron consigo esta valiosa herencia cultural, cuyo ejemplo sirvió para que, en 1872, también allí se instituyera el “Día del Árbol”. A partir de esta idea comenzaron a establecerlo los otros países del continente y del mundo.
Domingo Faustino Sarmiento y Estanislao Zeballos, impulsores de la actividad forestal.
El principal impulsor de la actividad forestal fue Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la Nación entre 1868 y 1874. El 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación, a partir de la iniciativa de Estanislao Zeballos instituyó esta fecha, cuyo festejo se concretó a partir de 1901.
Sus derechos
Los árboles regulan la temperatura, purifican el ambiente, oxigenan el aire contribuyen a regular las lluvias, protegen el suelo, albergan ecosistemas, proporcionan sombra, mejoran sectores erosionados, reducen el ruido y son capaces de atemperar el lugar, ya que provocan sensación de frescura y humedad. Incluso, deteniendo las heladas con su follaje, producen alimentos y múltiples recursos. Los motivos son suficientes para que, en esta fecha, se celebre un reconocimiento a los múltiples servicios que prestan a la vida y a la actividad humana:
- Tienen derecho a vivir, porque nacen como nosotros.
- Tienen derecho a ser cuidados y protegidos, cubriendo sus necesidades.
- Tienen derecho a no ser dañados por nadie, ni talados, quemados o lastimados.
- Tienen derecho a cumplir el ciclo de su vida.
- Tienen derecho a crecer. Destruirlos es un delito y atenta contra la vida en la naturaleza.
El Árbol Forestal argentino es el quebracho colorado chaqueño, que no debe confundirse con la Flor Nacional, que es el Ceibo. Otra fecha vinculada con el Día del Árbol es el Día Forestal Mundial, establecido desde 1971 por la FAO, el 21 de marzo.
Características de los árboles nativos
Alerce / Lahuán
Alcanza una altura de hasta 45 metros. Su follaje es irregular, con ramas gruesas. Sus hojas son perennes y delgadas. En bosques naturales, desarrolla la mayor parte de sus semillas en las partes altas de la copa. La madera es de color café oscuro a castaño rojizo, con anillos de crecimiento muy diferenciados, delgados y notoriamente ondulados. El Parque Nacional Los Alerces está ubicado en el oeste de Chubut.
Algarrobo
Posee una madera dura de notable calidad en la industria de la construcción. Su copa brinda sombra y, con la caída de las hojas, el campo se fertiliza naturalmente y el suelo se torna más permeable a las lluvias. Las especies más comunes son el algarrobo blanco y el negro. Se encuentra en Tucumán, Catamarca, La Rioja, oeste de Córdoba, San Juan, San Luis y Mendoza.
Araucaria / Pehuén
Este “fósil viviente” ya estaba presente cuando los dinosaurios habitaban la Patagonia y antes, incluso, de que se formara la cordillera de los Andes. Es el árbol típico de Neuquén y su hábitat se extiende desde Copahue hasta el lago Huechulafquen. Puede alcanzar hasta 40 metros de altura y tiene forma de pirámide cuando es joven y, más tarde, de una enorme sombrilla. Es de crecimiento muy lento y sus ramas son un poco arqueadas hacia arriba con hojas duras y punzantes. Su fruto, el piñón, es un nutritivo y delicioso alimento.
Arrayán
Sus hojas son simples, con forma redonda u ovalada, de color verde oscuro por la cara superior y claro en la inferior. La corteza del tronco es de color castaño cuando es joven y, anaranjado, cuando es adulto, suave al tacto, ya que está cubierta por pelillos sedosos que se desprenden al contacto. En verano, las flores son blancas o levemente rosadas y aromáticas. Su uso más popular es el medicinal. Los arrayanes más antiguos se pueden encontrar en el Parque Nacional Los Arrayanes, ubicado en Neuquén.
Caldén
Llega a medir hasta 12 metros de altura y su madera es semipesada, de textura gruesa, de gran calidad (similar al algarrobo) y con gran resistencia al desgaste. Se usa para confeccionar muebles, postes y adoquines y en la construcción. Su fruto es amarillento-anaranjado y, en su interior, tiene semillas de un sabor dulzón. Se lo encuentra en el sur de San Luis y Córdoba, parte central de La Pampa, suroeste de Buenos Aires, noreste de Río Negro y sudeste de Mendoza.
Ceibo
Es un pequeño árbol con una altura de 4 a 5 metros, aunque puede llegar a 10 metros en su adultez, ya que su tronco se ramifica a varios metros del suelo. Sus flores nacen agrupadas en las ramas verdes, formando racimos que llaman la atención por su color rojo carmín. Sus raíces son de gran resistencia tanto a las heladas como al fuego. Crece en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, aunque se lo puede encontrar también en zonas cercanas a ríos, lagos y pantanos.
Chañar
Crece hasta 10 metros. Sus flores son de color amarillo, con estrías rojas. Su fruto es una drupa comestible, de tamaño y forma de una aceituna, dulce, aunque áspero al paladar. Florece en primavera. Se utilizan corteza, follaje y flores en medicina tradicional, al igual que la madera. Se lo encuentra en todas las provincias, desde Jujuy hasta el norte de la Patagonia.
Coronillo
Alcanza entre 3 y 12 metros de altura y, excepcionalmente, hasta 20 metros. Su corteza es rugosa, de color castaño oscuro. Florece en primavera y su fruto es una drupa globosa, con coloración castaño oscura, que fructifica en verano. Su madera se utiliza para fabricar postes y para leña, ya que su brasa es de larga duración. Crece en el Norte de nuestro país.
Jacarandá
Puede alcanzar entre 15 y 20 metros de altura. Crece rápido en los primeros años pero, luego, su crecimiento es medio. Es bastante longevo (hasta más de 100 años) y su madera puede ser utilizada en carpintería. La floración se produce en primavera, cuando las copas se cubren de corolas de un tono entre celeste y lila, que cambia según la mirada, la luz del momento y el fondo del cielo. Las flores tienen de 3 a 5 centímetros de largo y forma de tubo, con una pequeña curvatura. Son polinizadas por insectos y picaflores. Se encuentra en Tucumán, Salta y Jujuy.
Ñire
Alcanza a medir entre 10 y 25 metros de alto y tiene troncos delgados. Las hojas están cubiertas con una cera de aroma dulce y el color del follaje es verde y amarillo rojizo, en el otoño. Su madera se usa, principalmente, para leña. “Ñire” significa “zorro” en la lengua mapuche. Se encuentra desde Neuquén hasta Tierra del Fuego.
Ombú
De pequeño mide hasta 8 metros de altura con un tronco grueso y denso, una amplia copa y raíces sobresalientes. El tejido suave y esponjoso del tronco y las ramas contienen hasta un 80 por ciento de agua. Proyecta una sombra espesa y sus enormes ramas se extienden hasta 15 metros y más. Tiene flores de color blanco verdoso que crecen en largos racimos y los insectos no pueden tolerarlo. Es oriundo de los montes del Noroeste argentino y también se encuentra en la región pampeana y los Esteros del Iberá, en Corrientes.
Palo borracho
Puede alcanzar de 6 a 12 metros de altura hasta más de 25 metros. Su tronco presenta forma de botella, que sirve para almacenar agua en tiempos de sequía y está protegido por gruesos aguijones cónicos. Sus flores presentan un color blancuzco cremoso en el centro y rosa hacia la periferia de sus cinco pétalos. Su néctar es muy atractivo para los colibríes y para las mariposas monarca, que las polinizan. El fruto se caracteriza por ser una vaina de 20 centímetros de largo con semillas parecidas a garbanzos negros, rodeados de una masa de fibra parecida al algodón o la seda, que se usa para almohadas y como aislamiento térmico. Se encuentra en Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Formosa y Chaco.
Palo santo
Puede medir entre 5 y 18 metros de altura. Posee raíces poco profundas y su tronco es cilíndrico y recubierto por una corteza de color grisáceo. Su fruto es una drupa verde pero, a medida que madura, va adquiriendo un color rojizo de sabor agridulce. Su madera resinosa es utilizada para obtener aceite esencial por medio de la destilación, que posee un agradable aroma cítrico, es de color dorado y su aplicación está destinada a combatir cuadros de estrés, depresiones, neuralgias, problemas de hongos de piel, alergias y cuadros asmáticos. Se encuentra en Salta, Formosa y Chaco.
Tipa blanca
Alcanza una altura entre 10 y 30 metros. Su fruto contiene una sola semilla en su interior y permanece en el árbol durante el otoño-invierno. Es un árbol muy utilizado para el arbolado urbano. La resina de su corteza es astringente y se pueden elaborar infusiones con sus hojas para aliviar resfríos, catarros y bronquitis. Se encuentra en Tucumán, Salta y Jujuy.