Se estableció mediante el Decreto Nº 21430 (1949) para recordar su llegada al país conmemorando la disposición dictada por el Primer Triunvirato (1812) que le ofreció protección en el territorio.
La disposición de 1812, que fomentaba la inmigración, estipulaba que todo aquel que quisiera vivir en suelo argentino tendría garantizado el pleno goce de los derechos del hombre en sociedad por el Estado. Esta política se vio reafirmada con la redacción de la Constitución de la Nación Argentina (1853) que, en su Preámbulo, hace referencia a “todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino” y, en su artículo 25, reafirma el fomento a la inmigración: “El gobierno federal fomentará la inmigración europea y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes”.
Un nuevo paisaje
Primera inmigración
Proveniente de Europa, tuvo lugar antes de 1880. Hasta esa fecha, a través de las políticas de poblamiento, se intentó promover la agricultura, la ganadería y la red de transportes para, luego, industrializar el país. De esta corriente inmigratoria, casi la mitad provenía de Italia, especialmente del sur y, una tercera parte, de España.
Inmigrantes en el campo a fines del siglo XIX.
Segunda etapa inmigratoria
A partir de 1880 se buscó mano de obra para una producción agrícola–ganadera masiva, pero pocos inmigrantes lograron ser propietarios. Ante el fracaso del plan de adjudicación de tierras en propiedad, los extranjeros se transformaron en arrendatarios y buscaron refugio en los centros urbanos. Como la mayoría de los inmigrantes eran hombres, se ocuparon de actividades rurales, favoreciendo el desarrollo de una economía agrícola que permitió que el país se convirtiera en el principal exportador de trigo en el mundo.
El Hotel de Inmigrantes proponía, a cada recién llegado a Buenos Aires, alojamiento gratuito hasta encontrar trabajo, clases de castellano, atención médica y comida.
Entre 1902 y 1910, la guerra en Europa alentaba la entrada de inmigrantes que buscaban nuevos lugares para su bienestar. El conflicto bélico mundial de 1914 interrumpió el flujo inmigratorio. Sin embargo, Argentina logró retener a los hijos de los extranjeros de las primeras olas y fue la clase media el estrato que tuvo mayor desarrollo, gracias a la contribución de los extranjeros.
Tranvía de Inmigrantes (1912), Buenos Aires.
A partir de 1930 se produjo un importante y continuo movimiento de migraciones internas, principalmente hacia Buenos Aires y su periferia, ligado al creciente proceso de industrialización.
Españoles
La causa principal de la inmigración de españoles a mediados del siglo XIX fue la pobreza. Los lugares de procedencia fueron predominantemente Galicia, Andalucía, Asturias, Cantabria, el país Vasco, Madrid, Extremadura y las islas Canarias. El flujo inmigratorio se produjo desde 1870 hasta 1952.
Familia española asentada en Neuquén.
Italianos
La inmigración italiana en Argentina es una de las comunidades más representativas del país desde el siglo XIX hasta la actualidad. Se estima que unos 25 millones de argentinos son descendientes completa o parcialmente de italianos. Es por esto que la cultura argentina tiene una enorme influencia en el lenguaje, las costumbres, los gustos y las tradiciones. La llegada de italianos se extendió desde 1870 hasta 1951.
Inmigrantes italianos
Inmigrantes latinoamericanos
Luego de la segunda mitad del siglo XX, la gran mayoría de inmigrantes en Argentina es de origen latinoamericano y proviene de Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela, Chile, Uruguay, Colombia y Brasil.
Inmigrantes paraguayos y venezolanos
Los paraguayos se encuentran instalados en las provincias más cercanas a su país como Formosa, Misiones, Corrientes, Chaco y Entre Ríos y representan la principal comunidad extranjera de Argentina.
Inmigrantes bolivianos, chilenos y peruanos
Los bolivianos se dedican, en su mayoría, a los cultivos hortícolas y a su venta. Los peruanos se han instalado, desde la década del 80, en Buenos Aires y sus alrededores. Argentina es uno de los países más elegido por los venezolanos para radicarse, estudiar y trabajar. La mayoría se asienta en Buenos Aires y desarrolla tareas en comercios y, un porcentaje menor, se desempeña en trabajos vinculados con la industria. Los chilenos se han concentrado, a lo largo de la frontera, especialmente en la Patagonia.
Un festejo diverso
La Fiesta Nacional del Inmigrante se celebra todos los años en Oberá, Misiones, desde 1980. Esta bella ciudad fue fundada en 1928 y es un crisol de razas que conforma una comunidad de gran riqueza cultural. La fiesta es organizada por la Federación de Colectividades y es visitada por más de 120 mil personas.
Cada año, cada colectividad comparte su identidad a través de sus comidas, ropa y música, entre otras tradiciones.
Legado gastronómico
La gastronomía argentina es famosa en todo el mundo, mezcla de culturas influidas por las corrientes migratorias, principalmente por italianos y españoles pero, también, con sabores “criollos”, adaptaciones que sufrieron los platos que trajeron los inmigrantes y que hoy se sirven y disfrutan en todos los hogares.