Estas tres enfermedades infecciosas virales son transmitidas por el mosquito Aedes Aegypti. Conocé sus características y de qué modo podemos cuidarnos.
Chikungunya
La Chikungunya afecta, por igual, a hombres y mujeres, pero en recién nacidos y ancianos suele ser más grave. Tiene un periodo de incubación de 3 a 7 días y, en algunos casos, no presenta síntomas.
La enfermedad aguda se caracteriza por inicio súbito de fiebre elevada y dolor articular severo que puede durar entre 3 y 10 días. Los síntomas, luego de desaparecer, pueden reactivarse y ser mucho más intensos, sobre todo en las articulaciones. En algunos casos puede convertirse en una infección crónica donde los síntomas duren más de 3 meses. No hay tratamiento específico para esta enfermedad, que puede volverse crónica y producir molestias, por mucho tiempo.
Zika
El Zika tiene un periodo de incubación de 3 a 12 días. Ocho de cada diez personas que lo adquieren no presentan síntomas. Hasta el momento no hay cura ni vacuna que pueda prevenirlo. Se manifiesta con sarpullido en la piel, conjuntivitis no purulenta (ojo rojo sin secreción), fiebre no elevada y dolor de cabeza, muscular o articular.
Dengue
Tiene un periodo de incubación de 4 a 10 días y los síntomas principales son la fiebre y dolores musculares que pueden durar de 2 a 7 días y pueden ir acompañados de náuseas, dolor de cabeza y detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, pequeños puntos rojos en la piel, dolor abdominal intenso, sangrado de las mucosas, disminución de la presión arterial y aumento del tamaño del hígado.
¿Dónde se cría el Aedes Aegypti?
Las hembras con el virus de la Chikungunya, el Zika y el Dengue depositan sus huevos en las paredes de diferentes recipientes pequeños, artificiales y con paredes lisas. Su ciclo biológico tiene cuatro estadios (huevo, larva, pupa y adulto) y se desarrolla en el agua y en el aire. Cuando se llenan con agua, los huevos eclosionan y nace el mosquito adulto.
Su color es negro con manchas de color plateado o blanco. Presenta bandas plateadas o blancas en las patas, vuela en un radio promedio de 300 metros y vive entre 15 y 30 días. Generalmente no sobrevive en temperaturas inferiores a 10º C y superiores a 45º C. Actúa como vector, es decir, como transmisor del virus. De esta manera, cada vez que pique a una persona, estará transmitiendo la enfermedad, continuando la cadena de propagación.
El Aedes Aegypti puede estar presente en cualquier recipiente que acumule agua en patios, jardines, balcones y terrazas. Las botellas, floreros, tachos, baldes, palanganas, bebederos de animales, tanques de agua, portamacetas, lonas o bolsas arrugadas son potenciales criaderos. No se cría en charcos, zanjas, lagos, lagunas o ríos.
Prevención, lo más importante
Utilizar mosquiteros en cunas o cochecitos de bebés, ventanas y puertas contribuye a disminuir el contacto del mosquito con las personas.
Evitar automedicarse. No tomar analgésicos u otros medicamentos inyectables durante el transcurso de los síntomas sin consultar al médico, con el fin de evitar sangrados y otras complicaciones.
Utilizar repelentes en piel y ropa, así como insecticidas. Aplicarlos sobre la piel expuesta y renovar su aplicación cada tres horas. Hacerlo antes si hay exceso de sudoración o después del ingreso a piletas. También es recomendable rociar la ropa, porque los mosquitos pueden picar a través de las prendas de tela fina. Se recomienda leer las etiquetas de los productos. Es conveniente consultar al pediatra sobre su uso en menores de 6 meses, quien indicará la forma y la frecuencia de aplicación segura. No utilizar perfumes ni fragancias que impregnen la piel. El repelente se debe percibir con el olfato.
Evitar conservar agua en los recipientes en el exterior (macetas, botellas, envases) para que no se conviertan en criaderos de mosquitos. Tapar los tanques o depósitos con agua de uso doméstico y destapar los desagües que pueden dejar el agua estancada. También, evitar acumular basura y tirarla en bolsas plásticas cerradas.
Quienes viajen a zonas con presencia de estas enfermedades deben realizar una consulta previa al viaje, para evaluar destino y riesgos y evitar exponerse al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, las horas de mayor actividad del mosquito.