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El mate, nuestra infusión nacional

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Desde 2015, el 30 de noviembre, en Argentina, es el Día Nacional del Mate, un homenaje a la infusión nacional preferida por los argentinos.

 

Aunque ya en 2013 el mate había sido declarado "Infusión Nacional" por el Congreso de la Nación, un año más tarde, el 17 de diciembre de 2014, se sancionó la Ley 27117, disponiendo que el 30 de noviembre de cada año se celebre el “Día Nacional del Mate”. El cultivo se localiza en Misiones y nordeste de Corrientes y Argentina es el principal productor y exportador mundial de yerba mate.

 

 

La celebración conmemora el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas, conocido como Comandante Andresito, colaborador de José Gervasio Artigas y uno de los primeros caudillos federales que gobernó la Provincia Grande de las Misiones (territorio que abarcaba mucho más que la actual provincia de Misiones), entre 1811 y 1821.

 

Andrés Guacurarí y Artigas.

 

Su origen

 

Los orígenes del mate se remontan a la cultura de la etnia guaraní. Las hojas de la planta eran utilizadas como bebida, y objeto de culto y ritual, y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos. Los incas, los charrúas y los araucanos a través de los pampas, recibían yerba elaborada de manos de los guaraníes.

“Caá” en lengua guaraní significa “yerba”, pero también significa planta y selva. Para el guaraní, el árbol de la yerba es el árbol por excelencia, un regalo de los dioses. Tomar la savia de sus hojas era, para ellos, beber la selva misma.

 

 

Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate e hicieron que su consumo se difundiera en forma extraordinaria al punto de organizarse un intenso tráfico desde su zona de origen a todo el Virreinato del Río de la Plata. Más tarde, los religiosos jesuitas introdujeron el cultivo en las reducciones distribuidas en el norte de la Argentina, sur de Paraguay y sudoeste brasileño y fueron los grandes responsables de difundir la yerba mate en el mundo, en donde llegó a conocérsela como el “té de los jesuitas”.

 

Cosecha de la yerba mate en Corrientes.

 

En 1903, en Santa Ana (provincia de Misiones), se realizó la primera plantación moderna de yerba mate. Hasta entonces y aún por muchos años, la yerba que se consumía provenía de la selva, de plantas silvestres que crecían en manchones con gran densidad de árboles, llamadas islas. La explotación irracional, en la que la tala de los árboles fue moneda corriente por siglos, terminó insumiendo por completo el recurso que parecía inagotable. Sólo con las plantaciones racionales, los cultivos de yerba volvieron a hallar su lugar en la historia.

 

Beneficios para la salud

 

La yerba mate contiene un 90 por ciento más de antioxidantes que el té verde, lo que se refleja en su alto contenido de polifenoles, que mejoran las defensas naturales del organismo y previenen el envejecimiento celular.

 

 

Otro beneficio es que mejora la salud cardiovascular reduciendo los niveles de colesterol y previniendo, incluso, la arteriosclerosis. También tiene un efecto hipotensor y vasodilatador que resulta beneficioso para aquellas personas con problemas de presión alta.

Es un energizante natural. Gracias a su porcentaje de cafeína (también llamada “mateína”), aumenta la concentración e incentiva al sistema nervioso, por lo que su consumo resulta ideal antes de cualquier actividad física o intelectual. Es recomendado para deportistas como alternativa a otros energizantes comerciales.

 

 

No contiene grasa y es bajo en calorías y en sodio. Se puede incluir sin problemas en cualquier régimen dietario y en la rutina de cualquier persona que está intentando controlar su peso o prefiere tener una alimentación saludable.

El cuerpo necesita 13 vitaminas y 8 de ellas se encuentran dentro del grupo B. La yerba mate es rica en estas vitaminas que son esenciales para el hombre. Contiene minerales de significativa importancia como el potasio y el magnesio y tiene compuestos bioactivos poderosos para la prevención de enfermedades como, por ejemplo, la reducción de la glucosa y los lípidos, ayudando a controlar la diabetes mellitus tipo 2.

 

Inodoro Pereyra y Mendieta, ilustración de Roberto Fontanarrosa.

 

También tiene un efecto diurético, dado que evita la retención de líquidos y mejora el desarrollo de la función renal, influye en la salud estomacal y digestiva al estimular la producción de bilis y ácidos gástricos y sus propiedades permiten aliviar el estreñimiento.

 

 

Tiene un efecto positivo en la salud emocional. No sólo su aporte de energía resulta un antidepresivo natural sino que, al ser una bebida que se comparte con amigos y seres queridos, fomenta momentos de bienestar y alegría.

En síntesis, el mate:

- Es antioxidante.

- Contiene polifenoles, sustancias que mejoran las defensas naturales del organismo y lo protegen contra el daño celular que causa que el cuerpo se deteriore.

- Previene enfermedades cardiovasculares como los infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.

- Protege contra enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson.

 

 

- Previene la aparición de enfermedades crónicas de origen inflamatorio, como el cáncer y la diabetes tipo II.

- Ayuda a controlar el peso corporal y previene la obesidad.

- Aporta vitaminas y minerales.

- Reduce los niveles plasmáticos de triglicéridos, colesterol IDL y colesterol total, mejorando el perfil lipídico de personas que sufren hiperlipemias.

- Hidrata.

 

El mate perfecto

 

Para cebar un buen mate, los cuatro puntos que deben ser tenidos en cuenta son los siguientes:

Mate. Es preferible aquellos que se curan, es decir, los de madera, calabaza o hueso, incluso los de vidrio recubierto con cuero. Es conveniente evitar los de silicona o los de materiales que le den sabor.

Bombilla. Es mejor la de paletilla ancha, que permita hacer maniobras como sacar yerba.

 

 

Agua. No debe superar los 80 °C. Es aconsejable que no sea mineral sino de la canilla.

Armado. Se llena 3/4 partes de su capacidad con yerba, se tapa la boca con una mano y se sacude 3 o 4 veces. Al volver a la posición original, se debe dejar la yerba en diagonal dejando un lado del cuenco casi vacío. Ahí se llena con unos chorritos de agua aproximadamente a 60 °C hasta que la yerba se humedezca e hinche. Se tapa la boquilla de la bombilla y se coloca en ese sector de yerba húmeda, donde se seguirá cebando. Cuando se lava ese parte, se continúa con la yerba seca.

 

 

Su leyenda

 

Hace mucho tiempo, una tribu decidió dejar la región que habitaba desde antaño. Sin embargo, un anciano no se sintió con la energía suficiente para seguir a su gente. Entonces la tribu dejó a Yar, tal era el nombre del anciano, en la compañía de su hija Yarí, que se negó a abandonarlo. El anciano construyó un refugio primitivo con sus propias manos, y ambos continuaron con su acostumbrado modo de vida en medio de ese entorno salvaje.

 

 

Un día, al anochecer, apareció un extraño ser. El color de su piel era raro y también su vestimenta, en relación a lo que estaban acostumbrados. A pesar de ello, padre e hija ofrecieron su hospitalidad desinteresada y los mejores alimentos que tenían en su humilde morada.

Ocurrió que el extraño era el mismísimo “Tupá”, el dios bueno, que quería entregarles un presente milagroso y permanente. El poder mágico del presente permitiría contar siempre con los medios para recibir y atender a sus visitantes y mitigar el largo período de aislamiento. Así, hizo que una nueva planta creciera en la selva y, luego, les enseñó a preparar una bebida tónica y estimulante que pasaría a ser, con el tiempo, un símbolo de bienvenida para los huéspedes de la casa. Ungió a la bella Yarí como diosa protectora (Caa Yarí) y a su anciano padre, como su custodio.

Los dulces cuidados y la protección constante prodigados a las plantas lograron que las plantaciones de yerba mate se multiplicaran en forma infinita. De esta manera, a partir de la naturaleza misma, con la fuerza de sus elementos más puros y del corazón de las plantaciones de yerba mate, los dioses los protegieron siempre.

23 de noviembre del 2024
Categoría: Para el cole
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