Las causas pueden ser muy diversas. Lo más importante es prevenir su aparición con una alimentación sana, una vida activa y evitando el sedentarismo.
La articulación de la rodilla es la que nos permite todos los movimientos que suelen hacerse con las piernas como andar, correr o subir una escalera. Para conocer su origen es necesario diferenciar un dolor surgido después de un mal movimiento o cuando aparece sin que sepamos el motivo.
En el caso del producido tras un mal movimiento, el dolor puede deberse a una lesión de menisco o de ligamentos, a una tendinitis o a una bursitis de rodilla.
Cuando el dolor aparece sin que sepamos el motivo, el origen puede estar en alguna enfermedad como la artrosis o la artritis reumatoide. En el primer caso, el desgaste de los cartílagos hace que los huesos se toquen entre sí, generando el dolor. En el segundo caso, se trata de una enfermedad de las articulaciones que puede aparecer y desaparecer por temporadas y para la cual existe tratamiento médico.
Ante cualquier duda, siempre debemos recurrir a nuestro médico, quien nos diagnosticará y sugerirá qué es lo que deberemos hacer.