La naturaleza nos avisa cada año de que algo está cambiando y la debemos escuchar. El aumento de la temperatura provoca deforestación, destrucción de hábitats naturales, deshielo de los polos, temperaturas extremas y fenómenos meteorológicos como tifones o huracanes. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos recuerda que este fenómeno impide un desarrollo sostenible y es un obstáculo para acabar con la pobreza, además de poner en riesgo la seguridad alimentaria.