Mediante el decreto Nº 1584 (2010) se estableció este día para conmemorar y promover el diálogo intercultural y la reflexión histórica acerca de los derechos de los pueblos originarios.
La Diversidad Cultural es aquello que nos hace diferentes de todos y refleja la multiplicidad e interacción de las culturas que existen en el mundo y que forman parte del patrimonio común de la humanidad. Las diferencias deben ser una fuente de enriquecimiento y no de discriminación. La Diversidad Cultural se manifiesta en el lenguaje, las creencias religiosas, las tradiciones, las prácticas del manejo de la tierra, el arte, la música, la estructura social, la selección de los cultivos, en la dieta y en todo otro atributo de la sociedad humana.
Según la Unesco, la Diversidad Cultural amplía las alternativas, alimenta diversas capacidades, valores humanos y cosmovisiones y permite que la sabiduría del pasado nos prepare para el futuro en favor del respeto, la protección y el resguardo de las manifestaciones de todas las culturas para el presente y el futuro.
El reconocimiento de la Diversidad Cultural implica establecer espacios de comunicación donde se incluyan desde la igualdad de derechos, lo que nos diferencia y lo que nos une, para consensuar expectativas comunes, normas y valores y organizar una convivencia en la diferencia.
Etnias americanas
América fue habitada entre el 30 mil y el 8 mil antes de Cristo por grupos de hombres que provenían de Asia. Algunos eran nómades y se dedicaban a la caza y a la recolección mientras que, otros, se instalaron desarrollando sociedades dedicadas a la agricultura. Los aztecas y mayas fueron las culturas más importantes del norte y centro de América, mientras que, al sur, se encontraban los incas.
Los tres imperios se destacaron por sus técnicas de cultivos. Mayas e incas crearon un sistema de terrazas en las laderas de las montañas, construidas con piedras que retenían la tierra fértil. Además, estos últimos crearon un excelente sistema de riego a través de canales que redireccionaban el agua de deshielo y lluvia hacia los cultivos. Debido al relieve, los aztecas idearon otro sistema llamado chinampas, que consistía en colocar balsas de tierra, plantas y ramas, y, sobre ellas, tierras fértiles para cultivar que, luego, eran colocadas sobre el agua de los lagos.
Incas, mayas y aztecas desarrollaron calendarios, conformados por 365 días. El más preciso y parecido al actual fue el de los incas, que se dividía en 12 ciclos de 30 días. Cuando las tierras americanas fueron ocupadas (1492), los colonizadores europeos violentaron a los pueblos que aquí las habitaban, no solo por la explotación económica sino, también, por las enfermedades que les transmitieron, provocando una disminución notable de sus habitantes.
Pueblos originarios de Argentina
En el territorio nacional vivían pobladores originarios que hablaban diversas lenguas y seguían sus propias culturas y costumbres. Muchos de ellos sufrieron la persecución, la segregación de sus tierras y el intento de erradicación de su existencia desde la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI. En Argentina existen 1826 comunidades pertenecientes a 39 pueblos indígenas y viven más de novecientas mil personas indígenas o descendientes de pueblos indígenas y casi 150 mil personas afrodescendientes.
Región Noreste (Chaco, Formosa, Misiones y Santa Fe)
En esta región existen cinco pueblos originarios: Mbyá Guaraníes, Mocoví, Pilagá, Toba y Wichís.
Los Mbyá Guaraníes son una rama del pueblo guaraní occidental que habita en Paraguay, sur de Brasil y Misiones, en Argentina.? Algunos arqueólogos estiman que habitan la región desde hace 5 mil a 3 mil años.? Sus cultivos principales son el maíz, la mandioca, la batata, habas, porotos, lentejas y zapallo. Hay dos grandes comunidades en Argentina: Fortín Mbororé e Yriapú, cerca de Puerto Iguazú.
Miembros de las comunidades Guaraní, Charrúa, Mocoví y Pilagá.
Los Mocoví fueron uno de los grupos mayoritarios de la zona, pero se han ido destruyendo sus costumbres. Los Pilagá tienen una estrecha relación con los tobas y su población no supera las 5 mil personas. Los Toba fueron una gran comunidad y, actualmente, la conforman cerca de 70 mil personas. Los Wichís (Matacos) aún mantienen sus rituales y costumbres. Los Tapiete son un pueblo originario del Gran Chaco que hablan lengua guaraní y se autodenominan Guaraní, Aba o Ñanaiga. Habitan también en Bolivia, donde son conocidos como Ñanaguas o Yanaiguas.
Región Noroeste (Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán)
Está habitada por los pueblos Mbyá Guaraníes, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita–Calchaquí y Kolla. El pueblo Tonocotés habita en Tucumán y Santiago del Estero y también se lo conoce con el nombre de zuritas. Los Ava Guaraníes son otro de los pueblos guaraníes con fuerte presencia en la región. Los Omaguaca, también conocidos como Humahuacas, se encuentran asentados en Humahuaca y Tilcara, en Jujuy.
Miembros de las comunidades Chorote y Chané y artesanías y viviendas del pueblo Diaguita-Calchaquí.
Los Quechuas habitan en Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y, en Argentina, en Tucumán, Jujuy y Salta. Los Chané migraron desde Las Guayanas hace 2500 años y se establecieron en el noroeste argentino. Los Chorote se radicaron en las orillas del río Pilcomayo y resistieron el avance de los conquistadores españoles. Los Chulupí son vecinos de los Chorote pero sufrieron la pérdida de su cultura, lentamente. Los Diaguita-Calchaquí fueron dominantes en la región y se destacan en la alfarería. Los Kolla tienen una fuerte representación jurídica.
Región Central (Buenos Aires, La Pampa y Mendoza)
Viven los Atacama, Huarpes, Ranqueles y Tupí Guaraníes. Los Atacama se destacaron por sus construcciones en paja y barro y por ser los primeros en trabajar el cobre. A los Huarpes se los consideró extinguidos durante décadas hasta principios del siglo XX, cuando comenzaron a aparecer comunidades que reconocían sus principios aborígenes. Cuando llegaron los españoles a tierras mendocinas se calcula que había alrededor de 15 mil nativos distribuidos entre los ríos Mendoza, Diamante, Desaguadero y la cordillera.
Vestimenta y cestería huarpe.
Las comunidades estaban organizadas por grupos y se cree que los unía un lazo familiar que respondía a las órdenes de un cacique. Eran agricultores y cultivaban quinoa, poroto y zapallo. Las tierras eran muy áridas, por lo que implementaron una serie de acequias que permitían el crecimiento de los cultivos. También eran cazadores, recolectores y pescadores y muy habilidosos para realizar cestos de bellas formas y coloridos dibujos, tan bien hechos que servían para contener líquidos. Recolectaban algarroba, que luego utilizaban para elaborar patay (una especie de torta) y aloja (una bebida alcohólica).
Miembros de las comunidades Comechingones y Ranqueles.
Los Ranqueles son uno de los pueblos originarios con más comunidades establecidas dentro del territorio nacional con fuerte presencia jurídica. Los Tupí Guaraní mantienen sus rituales ancestrales y engloban a diferentes comunidades que hablan un mismo idioma, el Tupí Guaraní, compuesto por 53 lenguas diferentes. Los Sanavirones o Salavinones fueron un pueblo que habitó la región en el siglo XV. Actualmente, sus descendientes llegan a más de 550 personas y viven en Córdoba y Santiago del Estero. Los Lule originalmente estaban asentados en Salta y en zonas vecinas a Bolivia y Paraguay, pero los Wichís los desplazaron de esos territorios y emigraron hacia el norte de Tucumán, al noroeste de Santiago del Estero y al sur de Salta. Están relacionados con los Vilelas. Los Comechingones actualmente habitan en San Luis y Córdoba.
Región Sur o Patagonia
Existen tres pueblos: Mapuches, Onas y Tehuelches. Los Mapuches o Araucanos representan una inmensa población con 100 mil habitantes. Tienen representantes religiosos y jurídicos que sostienen su cultura. Son nómades y fueron víctimas de grandes matanzas y, actualmente, sólo existen pequeños grupos de familias. Los Tehuelches tienen una fuerte organización social.
Miembros de la comunidad Mapuche, arte rupestre de la comunidad Tehuelche e imágenes de los Onas, que fueron uno los cuatro primeros pueblos originarios de Tierra del Fuego, junto a los Alacaluf, los Yámana y los Haush, víctimas de extinciones masivas de los colonizadores al considerarlos una amenaza.
Derechos reconocidos
La Constitución Nacional consagra el derecho a la igualdad en sus artículos 16 y 75, inciso 23 mientras que el artículo 75, inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
El artículo 75, inciso 22, otorga jerarquía constitucional a los instrumentos internacionales de derechos humanos allí enumerados, los cuales, a su vez, consagran, en más de una oportunidad, el mencionado principio de igualdad y no discriminación.
Plurales y diversos
La bandera de los pueblos originarios tiene los colores del arco iris y cada uno representa a los diferentes aspectos de sus vidas: al planeta Tierra (el rojo), a la sociedad y la cultura (el naranja), a la energía y la fuerza (el amarillo), al tiempo (el blanco), al espacio cósmico y lo infinito (el azul) y a la ideología y la política (el violeta).
Comprender las diferencias y las igualdades nos permite admirar el legado de palabras, sonidos, formas de trabajar, conocimientos, sueños y esperanzas, huellas que han contribuido a conformar nuestra propia identidad como habitantes de un territorio, donde la influencia de múltiples culturas perfilaron lo que es, hoy, la cultura latinoamericana.