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5 de Junio: Día Mundial del Medio Ambiente

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El propósito de este día es concientizar a la sociedad de la necesidad de acciones a favor de un desarrollo sostenible y promover aportes para mantener el planeta en las mejores condiciones posibles.

 

En 1972 se celebró en Estocolmo (Suecia) la Conferencia sobre el Medio Humano, el primer gran evento sobre cuestiones relativas al medioambiente. Ese mismo año, el 15 de diciembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que designó, al 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, haciendo un pedido a los gobiernos y a las organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas para que, en este día, desarrollen actividades que reafirmen su preocupación por su protección y mejoramiento.

 

 

Desde la primera celebración, en 1974, este día ha ayudado al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a concientizar sobre el abordaje de preocupaciones crecientes como la reducción de la capa de ozono, la gestión de productos químicos tóxicos, la desertificación o el calentamiento global. A lo largo de los años, han participado millones de personas para promover el cambio en nuestros hábitos de consumo, así como en las políticas nacionales e internacionales.

 

Un problema preocupante

 

 

Muchos de los ecosistemas están alcanzando su límite de capacidad, llegando a situaciones irreversibles. El crecimiento de la población mundial y su desarrollo económico tienen una clara influencia. Este fenómeno ha causado un gran impacto ambiental, pues ha hecho que las ciudades se expandan hacia las afueras, aumentando la construcción de viviendas, lo que ha llevado a deforestar miles de hectáreas de zonas verdes en las que habitan cientos de especies que debieron replegarse y ubicarse en nuevos territorios en los que, no siempre, hay alimentos, llevándolas a disminuir sus poblaciones. Además, ha aumentado la explotación y el uso excesivo de recursos no renovables con el fin de abastecer las necesidades de los seres humanos.

 

 

Para 2050, se estima que la población mundial alcanzará los 9600 millones. De este modo, se necesitarán tres planetas para mantener el actual nivel de vida y consumo.

Otro peligro es el tráfico ilegal de especies que busca beneficios millonarios y rápidos, amenazando a primates, felinos, algunas especies de loros y de reptiles, orquídeas y cactus, entre otras de una extensa lista.

 

 

Industrias cosméticas y farmacéuticas involucran a miles de animales y plantas en sus procesos de investigación o en sus productos y es necesario comprender que las especies viven enlazadas entre sí conformando los ecosistemas de los que depende nuestra vida y representan una obra maestra de la evolución de miles o millones de años.

 

Proteger y conservar este patrimonio es importante

 

En la actualidad, los estudios y datos recogidos por la comunidad científica son una evidencia clara del deterioro que ha sufrido el medioambiente, por lo que, revertir esta situación es esencial. El primer paso es comprender y ser conscientes del problema. Es un error pensar que su protección y conservación es tarea de aquellas personas que han estudiado o se dedican profesionalmente a esta rama cuando, en realidad, se trata de una tarea que nos atañe a todos. Vivimos en el mismo planeta, la Tierra, y, por lo tanto, es responsabilidad de todos cuidar de él. ¿Qué podemos hacer, desde nuestro lugar?

 

 

Reciclar. A través de la correcta separación de los residuos, desechos y desperdicios en los contenedores habilitados para cada uno de ellos, podemos ofrecer una nueva vida a nuestra basura. El concepto de las tres R (reducir, reutilizar, reciclar) disminuye nuestro impacto ambiental. Reutilizar aquello que se pueda implica que menos cosas útiles irán a parar a la basura, llenando vertederos y rellenos sanitarios de objetos que pueden ser usados. Reciclar los elementos que sea posible implica que objetos de plástico o vidrio, por ejemplo, podrán volver a ser usados sin tener que fabricarse nuevamente.

 

 

Aprovechamiento de los recursos. Hace referencia a la importancia de considerar todos los recursos y materiales que disponemos, ya que vivimos en una sociedad basada en el consumo y, en muchas ocasiones, compramos artículos y productos que, en realidad, no necesitamos.

 

 

Ahorro de agua. Cada gota que desperdiciemos se puede convertir en litros al final del día y en cantidades abrumadoras, a final del mes. Por ejemplo, implementar el riego por goteo en el jardín suministra el agua directamente a las plantas, con un mínimo de consumo.

 

 

Ahorro energético. Mantener una actitud responsable a la hora de utilizar aparatos y electrodomésticos apagando aquellos que se encuentren en desuso, así como los pilotos automáticos, desenchufando cualquier aparato que no estemos utilizando, reemplazando las bombillas convencionales y utilizando la energía del sol para aprovechar tanto su luz como el calor que proyecta.

 

Un desafío para todos

 

 

Los próximos años serán clave para detener y revertir la degradación ambiental, lo que permitirá mejorar nuestra calidad de vida y encaminarnos hacia un futuro más sostenible. Toda acción beneficiará el lugar donde vivimos, que es único.

01 de junio del 2024
Categoría: Para el cole
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