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Aparato locomotor: ¡Movimiento y equilibrio!

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Llamado, también, sistema músculo-esquelético, está constituido por los huesos (que forman el esqueleto), las articulaciones (que relacionan los huesos entre sí) y los músculos (que se insertan en los huesos y mueven las articulaciones).

 

Este sistema no es autónomo y depende del sistema nervioso periférico (SNP) para la generación y coordinación de los movimientos. Su función principal es permitir relacionarnos con el medio ambiente que nos rodea, el sostén y la resistencia.

 

El sistema óseo

 

El esqueleto o sistema óseo está formado por los huesos, las articulaciones, los ligamentos y los cartílagos

 

 

Los huesos son órganos duros y resistentes que forman el esqueleto, dan forma al cuerpo, protegen algunos órganos vitales y permiten el movimiento gracias a los músculos, que se unen a ellos a través de los tendones. Según su forma, pueden ser:

 

 

Huesos largos. Tienen forma alargada, su parte media se denomina diáfisis y, sus extremos, epífisis. Actúan como palancas para el movimiento, como el fémur y la tibia, por ejemplo. 

Huesos cortos. Son más o menos cúbicos, como las vértebras o los huesos de la muñeca. 

Huesos planos. Tienen forma aplanada y actúan como protectores de órganos o para la inserción de músculos, como los huesos del cráneo.

 

El esqueleto de un humano adulto está formado por 206 huesos. Algunos de ellos están unidos entre sí gracias a unas estructuras llamadas articulaciones, que protegen nuestros órganos y nos permiten movernos. Los huesos no son estructuras inmóviles, sino que se mueven unos respecto de otros. Las articulaciones posibilitan su movimiento y encontramos tres tipos:

 

 

Articulaciones fijas. No permiten el movimiento de los huesos (las articulaciones de los huesos del cráneo). Su función suele ser la de proteger los órganos internos a los que rodean.

Articulaciones móviles. Permiten un movimiento amplio de los huesos como, por ejemplo, las articulaciones de la rodilla, el codo, la cadera y el hombro.

Articulaciones semimóviles. Permiten un movimiento escaso de los huesos (las articulaciones que existen entre las vértebras que forman la columna vertebral). 

 

 

Los ligamentos son unas tiras de tejido muy resistente que unen los huesos en las articulaciones móviles y semimóviles. Por ejemplo, el húmero se une, mediante un ligamento, al radio y, mediante otro ligamento, al cúbito.

Los cartílagos son piezas más blandas y elásticas que los huesos. Podemos encontrar cartílagos en las articulaciones (facilitando el movimiento de los huesos), en las orejas, en la nariz y en la tráquea, por ejemplo. 

 

El sistema muscular

 

Está compuesto por tendones y músculos. Los músculos son órganos elásticos que se contraen y se relajan sin romperse. Están formados por células musculares de forma alargada llamadas fibras musculares. Cuando se contraen, se acortan y producen el movimiento de alguna parte del cuerpo. Su función principal es mover sus distintas partes apoyándose en los huesos. Para ello, están unidos a los huesos a través de un conjunto de fibras llamado tendón. Por ejemplo, el tendón del bíceps une el músculo con el radio y, el tendón del tríceps une el músculo con el cúbito. Según su forma, los músculos pueden clasificarse en:

 

 

Músculos fusiformes. Tienen forma alargada. La mayoría de los músculos de las extremidades son músculos fusiformes como, por ejemplo, los bíceps, los cuádriceps y los abductores.

Músculos orbiculares. Tienen forma de anillo y se encuentran rodeando orificios del cuerpo (músculos orbiculares de la boca).

Músculos aplanados. Tienen forma plana, como el frontal, los pectorales y los abdominales. 

Esfínteres. Tienen forma de anillo y cierran conductos corporales como, por ejemplo, el esfínter anal.

 

Según su movimiento, los músculos pueden ser:

 

 

Voluntarios o esqueléticos. Se contraen de forma voluntaria, forman parte del aparato locomotor (bíceps, tríceps, dorsal) y están adheridos a los huesos por tendones, parte no contráctil del músculo, pero muy firme y resistente.

Involuntarios. Se contraen de forma involuntaria, sin que nos demos cuenta de ello. Están presentes en los órganos internos de nuestro cuerpo (estómago, intestino, vasos sanguíneos, corazón). Sin ellos, tendríamos que decirle, por ejemplo, al corazón, cuándo tiene que latir y, al estómago, cuándo triturar la comida.

 

Enfermedades y cuidados

 

 

El aparato locomotor puede presentar enfermedades como la miastenia gravis, la distrofia muscular, la osteoporosis y la artritis. Su preservación exige determinados cuidados como adoptar la postura adecuada al sentarse, caminar o estar de pie, mantener una postura erguida recta sin inclinación hacia adelante o hacia atrás, cuidar el organismo consumiendo alimentos ricos en vitaminas D y calcio, practicar deporte, realizar precalentamiento antes y después de las actividades físicas que requieran fuerza y beber mucho líquido.

24 de septiembre del 2022
Categoría: Para el cole
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