Asia las cultivó y no existe rincón del mundo que no las utilice en su cocina. En la antigüedad su importancia era tal que se les atribuían propiedades mágicas y curativas. Enriquecen las recetas y potencian los sabores. Las picantes son irritantes para la mucosa gástrica por lo que deben emplearse poco. El perejil, por ejemplo, es una de las más usadas y aporta vitamina C y minerales.